PÉRDIDA DE SÍMBOLOS EMPRESARIALES DEL PAÍS TRANSALPINO

Italia vende su industria

Cuartel general 8La sede de Fiat en Turín.

Cuartel general 8La sede de Fiat en Turín.

IRENE SAVIO / Roma

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El tejido industrial italiano, verdadera locomotora de la economía de Italia, da la espalda, cada vez con más desenvoltura, a sus fronteras nacionales, con todo lo que eso conlleva. Al anuncio de la semana pasada de que la casa automovilística Fiat deja el país, ahora se ha sumado la noticia de que la aerolínea de bandera italiana, Alitalia, está en la fase final de las negociaciones para la venta a la empresa emiratí Etihad de un relevante paquete de sus acciones.

La motivación pública de esto es que Alitalia, que afronta severos problemas económicos desde el 2009, ya no es capaz de cosechar éxitos, en un mercado en el que la competición de las aerolíneas de bajo coste es muy agresivo. De ahí el acuerdo con Etihad, compañía que, por su parte, apunta con esta operación a convertir Abu Dabi en un importante hub (nudo de conexiones) del golfo Pérsico; esto, tan pronto como se cierre el acuerdo en el tiempo máximo de un mes la compra del 40% de Alitalia, según cifras divulgadas ayer por la prensa italiana.

Otro, pero con puntos en común, es el caso de Fiat. La histórica casa automovilística nacida en Turín en 1899, símbolo y motor del milagro económico italiano en los años 60, decidió cambiarse el nombre a Fiat Chrysler Automobiles (FCA), mover su sede legal a Holanda y la fiscal a Reino Unido, al tiempo que cotizará en breve en la bolsa de Nueva York, y solo parcialmente en Milán, plaza donde cayó el 4,1% el pasado miércoles, día del anuncio.

La decisión, que cayó como una bomba en Italia, a diferencia del caso de Alitalia -que está tramitando de facto el Gobierno de Enrico Letta-, tuvo una fría acogida por parte de la clase política transalpina. Esto, en primer lugar, porque Fiat no ha sido ajena en estos últimos años a las contiendas laborales. Desde el 2010, en concreto, el grupo ha estado en el punto de mira por una serie de recortes en sus fábricas italianas, como atestigua el caso de la planta de Pomigliano (Nápoles), cuya plantilla, pese a los premios recibidos por la producción del Fiat Panda, sufre baja de 1.300 trabajadores, que están en paro de forma indefinida.

Y esta es otra similitud con Alitalia, cuyos empleados ven con inquietud el pacto con Etihad, que hace 15 días anunció el recorte de 900 trabajadores de Air Berlin, de la cual la emiratí posee el 29%. Más aún que, si bien no es la primera vez que grandes colosos italianos abandonan el país, lo cierto es que, con la mudanza de Alitalia -que desde hace cinco años es privada, pero cuyo 75% ha estado hasta ahora en manos italianas- y de Fiat, Italia pierde dos empresas símbolo de su pujanza económica.