MARTA CALATAYUD. LICENCIADA EN BIOLOGÍA

«Irme, el último recurso»

La cifra del paro, que por cuarto mes consecutivo han subido hasta alcanzar los 4.907.817 desempleados, no ha dejado indiferentes a los lectores de EL PERIÓDICO. Dos de ellos, alarmados por la situación, explican aquí su odisea para encontrar un hueco en el mercado laboral

Marta Calatayud, licenciada, busca su primer empleo a los 27 años

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I. S. H.
BARCELONA

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«Me iría fuera de Catalunya, sí, pero solo con una oferta segura y de lo mío, como último recurso». Marta Calatayud es licenciada en Biología, tiene un máster en Biología humana y a sus 27 años, aún no ha tenido oportunidad de entrar en el mercado laboral. «Acabé el master en septiembre del 2011 e intenté hacer el doctorado pero entonces ya no habían ni recursos ni becas y pasé a engrosar la lista del paro». Poco después, hizo una entrevista para una plaza de investigación en el Sagrat Cor, pero los recortes dieron al traste con el proyecto.

Desde entonces, Marta no ha dejado de buscar ni un solo día: Infojobs y otras páginas, ETT, laboratorios e incluso entrega de currículos en mano... Nada de nada. En más de un año de búsqueda, solo ha recibido una oferta en firme como promotora de cuentas bancarias.«Pagaban unos 250 euros al mes por media jornada y en transporte gastaba 40 euros», argumenta cuando le preguntan por qué no la aceptó.

Marta es consciente de que en el ámbito de la investigación hay poca oferta.«Tengo una compañera de estudios que trabaja como peluquera canina y otro como guía turístico», dice resignada. Resignada porque ella también también ha agotado esta vía alternativa.«Busco cualquier cosa que pueda hacer, como dependienta, pero entonces te piden experiencia», dice.

Marta también ha tenido que oír que está «demasiado formada»para ciertas ofertas. Así que, como muchos en su situación, ha desarrollado una capacidad camaleónica para adaptar su currículo a la oferta.«He creado dos modalidades, una más específica de lo mío y otra más básica», explica.

Una esperanza

Desanimada, aunque sin dejar de buscar trabajo, Marta ha optado por seguir formándose.«En las oficinas de empleo no encuentro cursos», dice. Por eso, ha depositado sus esperanzas en un máster de monotorización de ensayos clínicos «porque parece que tiene más salida en lo mío», apunta. Una inversión de 4.000 euros que Marta costeará con la ayuda de sus padres porque ella no recibe ninguna prestación, no tiene ingresos y, pese a tener pareja, aún no se ha podido independizar.