el aumento de turistas del país asiático

Invasión china

El año pasado llegaron a España 300.000 viajeros de China, y para el 2015 se espera medio millón. Cada uno gasta 167 euros diarios. Un fenómeno y un gran negocio.

Un grupo de turistas chinos se toma un respiro en el paseo de Gràcia de Barcelona.

Un grupo de turistas chinos se toma un respiro en el paseo de Gràcia de Barcelona.

XAVIER MORET

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El turismo chino va al alza. En el 2014 se superaron en España los 300.000 turistas procedentes de China, lo que supone un 20% más que en el 2013, y para este año se estima que el listón se situará en medio millón. Según los estudios más fiables, la barrera del millón se rebasaría el 2020. No son malas cifras, y más si se tiene en cuenta el bajón que ha experimentado en España el turismo ruso.

Como consecuencia de la mejora de la economía, que ha dado origen a una gran clase media, el turismo chino es el que más crece en el mundo. En el 2013 ya fue el líder mundial, con 97 millones de viajeros al extranjero. Para el 2020, la Organización Nacional de Turismo prevé un espectacular crecimiento de esa cifra. Los turistas chinos gastaron 123.000 millones de euros en viajes al extranjero en el 2014, y se espera triplicar la cifra en el 2020.

«Si no fuera por lo que cuesta obtener el visado, vendrían muchos más», opina Edith López, una barcelonesa residente en Kunming especializada en captar turismo chino para la agencia Destination Spain. «Ahora el visado solo puede obtenerse en tres ciudades, Pekín, Shanghái y Cantón, y hay que pasar por una entrevista personal con un funcionario español que busca asegurarse de que el objetivo del viaje no sea quedarse a trabajar en España. A muchos chinos les cuesta desplazarse a estas ciudades para pasar la prueba, y esto frena el número de turistas».

El visado es complicado

Para obtener el visado para otros países europeos, como Italia y Portugal, el trámite es más fácil, ya que no hay que desplazarse. «A los chinos les interesa venir a Europa, pero no a un país en especial. Acaban viajando al país que se lo pone más fácil», apunta Edith López. «Empiezan viajando por su propio país, con Hong Kong y Macao como destinos predilectos», dice Kevin Latham, profesor de Antropología Social en la Universidad de Londres. «En un segundo nivel, se atreven con Singapur, Malasia, Indonesia... y solo después van a Australia, EEUU y Europa».

Los chinos, que no suelen disponer de vacaciones largas, viajan a Europa una media de entre 10 y 12 días. Un circuito típico por España y Portugal consiste en volar a Lisboa y, desde allí, ir en autocar a Sevilla y Granada, para seguir por carretera hacia Madrid y Barcelona. «Es una paliza -comenta Edith López-, pero lo aguantan para ver cuanto más mejor».

Para que los chinos elijan España hay que convencerles de que aquí verán algo especial. Según una revista turística china, los puntos a favor son que la comida es fuerte, como allí, que es fácil encontrar pipas (vicio muy chino) y que la gente sale mucho por la noche. «En cuanto a la comida SEnDprecisa López-, a los que vienen en grupo los suelen llevar a restaurantes chinos porque no están habituados a la comida europea».

La barrera del idioma es la causa de que prefieran viajar en grupo, y suelen gastar una media de 2.040 euros cuando compran un paquete turístico para ir a España. Fuera del paquete, gastan una media de 167 euros al día, sobre todo en ropa. «Compran mucho», comenta López. «Aquí las marcas son más baratas y las cosas europeas se valoran mucho en China. A veces llevan encargos de amigos. Compran tanto que en la tienda Louis Vuitton del paseo de Gràcia les han puesto un límite de unidades. Si no, arrasan».

Cuando visitan Catalunya, lo normal es que los grupos estén dos o tres noches en Barcelona, incluyendo un tour panorámico en autocar, visita del Park Güell y a la Sagrada Família y un paseo a pie por el Gòtic. Un día pueden dedicarlo a Montserrat y visitar bodegas, y el otro, a Figueres y Girona. En los grupos muy interesados en comprar se incluye también una visita a La Roca Village.

Ellas no toman el sol

«Pero la tendencia cambia», dice Edith López. «Últimamente nos piden ir a un mercado, para comprar productos para hacer una paella, o participar en la vendimia. Otros piden ver un partido del Barça y un grupo de fotógrafos me ha solicitado ir a los Sanfermines». Aparte de comprar, a los chinos de las grandes ciudades les gusta ver cielos azules, algo que la contaminación les impide en su país, detenerse en los pueblos pequeños y ver el mar, aunque «a las mujeres chinas no les gusta tomar el sol, ya que se las considera más bellas cuanto más blancas son». H