Inspectores camuflados

«Es un trabajo sencillo e interesante que consiste en acudir a los establecimientos que te indiquemos, haciéndote pasar por un cliente más para ver cómo te tratan». Así describe la compañía ANT Servicalidad un perfil profesional que prolifera en las ofertas de trabajo de las últimas semanas. Se trata de evaluadores de calidad a los que recurren cada vez más las marcas de automóviles para controlar la calidad de la atención al cliente en sus propios puntos de venta.

Nissan es una de las marcas que este año han anunciado que potenciará lo que en el argot del sector se llama el «cliente misterioso». Los vendedores de Nissan recibirán este año una media de cinco visitas por trimestre de estos controladores camuflados de falsos clientes, una cifra sensiblemente superior a la del 2014, en que únicamente recibieron una evaluación de atención al cliente. «Queremos que nuestro personal de campo pueda verificar la aplicación de los planes de mejora y de medición de calidad», aseguró hace unas semanas Marco Toro, consejero director general de Nissan Iberia, al presentar las previsiones de la marca para este ejercicio.

En una de las ofertas de trabajo, se solicita que los candidatos dispongan de un coche del segmento medio-alto con un máximo de siete años de antigüedad para dar más verosimilitud a la visita del evaluador de calidad a concesionarios «de alta gama».

Estos puestos se ofrecen como un complemento ya que no conllevan una jornada cerrada, sino que las visitas se pueden hacer en «ratos libres». Después tendrán que rellenar un cuestionario con el que el fabricante de automóviles controla algunos aspectos clave en la atención a los clientes para intentar que decidan finalmente comprar un vehículo.