La estabilidad presupuestaria

«Yo, el guardián del euro»

Draghi pide a los gobiernos que se dejen de excusas y realicen reformas ya El presidente del BCE alude a más «esfuerzos» en empleo, pensiones, banca o servicios profesionales, entre otros

Mario Draghi (a la derecha) junto al vicepresidente del BCE, el portugués Vítor Constâncio, ayer en Sintra.

Mario Draghi (a la derecha) junto al vicepresidente del BCE, el portugués Vítor Constâncio, ayer en Sintra.

R. M. S.
MADRID

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

«Las perspectivas económicas para la zona euro son hoy más prometedoras de lo que lo han sido en los siete últimos años»; pero la zona euro está condenada a que «un nivel importante de las pérdidas económicas acumuladas durante la crisis se conviertan en permanentes, con un nivel de paro estructural en torno al 10% y un elevado desempleo juvenil», si no logra una mayor capacidad de crecimiento.

El jarro de agua tibia, primero, y de líquido helado, después, lo lanzó ayer el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, en calidad de «guardián del euro», según se autodefinió en el discurso de apertura del Foro de Bancos Centrales que se celebró en la ciudad portuguesa de Sintra.

Así, como guardián de la moneda única, el presidente del BCE dijo sentirse legitimado para urgir ayer a los gobiernos a dejarse de «excusas» y acometer cuanto antes las reformas que permitan a la economía de la zona euro aumentar su potencia del crecimiento y su capacidad de resistencia en el futuro. En su opinión, la actual recuperación, los bajos tipos de interés y el final de los ajustes presupuestarios más duros constituyen «perfectas condiciones» para que los Gobiernos acometan reformas estructurales que permitan un mayor crecimiento económico.

Costes sociales y políticos

«Pensar que la política monetaria acomodaticia del BCE constituye una excusa para los gobiernos y los parlamentos para retrasar los esfuerzos reformistas es incorrecto», dijo. «En realidad ello permite reducir los costes sociales y políticos de las reformas y reduce el tiempo que necesitan las reformas para producir efectos positivos», añadió. «Todo esto confirma mi convicción de que el entorno actual no concede razones para el retraso» de las decisiones, concluyó.

Tampoco debe servir de excusa, según Draghi, el temor a que las reformas puedan dañar a corto plazo los primeros síntomas de recuperación de que disfruta la zona euro. Se podría pensar, argumentó, que «reducir la protección al empleo» puede deprimir el consumo, pero, en su opinión, si las reformas están «bien diseñadas», el impacto en el corto plazo puede ser positivo.

El ejemplo de España e Italia

El discurso de Draghi estuvo sembrado de referencias a reformas tales como la flexibilidad de jornadas y salarios laborales, alargamiento de la edad de jubilación, saneamiento del sector financiero, liberalización de servicios profesionales y mayor facilidad para los nuevos negocios. El banquero citó a España e Italia como ejemplos de cómo «la evolución de la inflación responde rápidamente al ciclo económico en países que han reformado sus mercados laboral y de productos».

Según dijo, la política monetaria y la mejora del ciclo económico no resuelven todos los problemas de Europa. «No elimina el exceso de deuda que afecta a parte de la unión, no elimina el elevado nivel de desempleo estructural que persigue a demasiados países, y no elimina la necesidad de perfeccionar el diseño institucional de nuestra unión monetaria», incidió y de ahí su apelación a las reformas.