La crisis del euro

Grecia, al borde del abismo

Decenas de manifestantes, convocados por el Partido Comunista Griego, protestan contra los recortes, ayer en Atenas.

Decenas de manifestantes, convocados por el Partido Comunista Griego, protestan contra los recortes, ayer en Atenas.

ANDRÉS MOURENZA
ATENAS

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De poco sirvieron ayer los llamamientos de urgencia de Merkel y Sarkozy o las amenazas europeas: los líderes políticos de Grecia decidieron posponer por segundo día consecutivo su respuesta al ultimátum de la troika (Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional).

Pero es que la decisión resulta de vital trascendencia. Si el Gobierno que dirige el exbanquero Lukás Papadimos no acepta las condiciones impuestas por la troika -rebaja de los salario de al menos un 20% y de las pensiones un 35%; reducción del salario mínimo y recortes del gasto público especialmente en Sanidad- la UE no dará luz verde al nuevo préstamo de al menos 130.000 millones ni permitirá que proceda con la quita de la deuda que Atenas ha pactado con la gran banca privada pues, a pesar de que el acuerdo ya está cerrado, Bruselas puede bloquearlo. De este modo, el país se declarará muy pronto en bancarrota.

EL AGUJERO / Si, en cambio, Atenas decide salvar sus finanzas públicas y privadas aceptando el préstamo a cambio de nuevas medidas de austeridad, el país ahondará más en su recesión. «Si se elimina el salario mínimo [actual], esto llevará a una bajada de los salarios y a un menor gasto en consumo y, por tanto, a una menor recaudación de impuestos», avisa el consultor Philip Ammerman. De hecho, las cajas de la Seguridad Social -en Grecia existen varias- acumularán este año un agujero de varios miles de millones de euros debido a que, dada la reducción en un 25 % de los salarios en los últimos dos años, también se han reducido las contribuciones. Así es que nuevos recortes no harían sino hacer saltar por los aires el sistema de pensiones.

Pero a la importancia de la respuesta además se unen otras consideraciones más mundanas. Si en las elecciones del 2009, los partidos que forman el actual Gobierno de coalición -el socialdemócrata PASOK, el conservador ND y el ultraderechista LAOS- sumaron el 83% de los votos, las encuestas auguran que ahora solo alcanzarían entre un 29% y un 48%. El líder de LAOS, Yorgos Karatzaferis, afirmó que si continúan las medidas de austeridad terminará por producirse «una revolución» en Grecia. Ya hace unos meses acusó a la UE de estar poniendo las elecciones en bandeja «a los comunistas».

NUEVA LUCHA / Ayer, los principales sindicatos anunciaron el paso a «una nueva estrategia de lucha» y convocaron para hoy una huelga general contra el «chantaje» de la troika. «Estas políticas llevan matemáticamente al declive de la economía griega y al empobrecimiento de la sociedad. Los trabajadores se verán convertidos en marginados; los parados y pensionistas en mendigos y se privará a la juventud de futuro y esperanza», denunció GSEE, el principal sindicato. La Confederación Europea de Sindicatos (CES) respaldó la iniciativa tachando de «inaceptables» las exigencias de la troika.

Y es que incluso las patronales griegas, que han alcanzado con los sindicatos mayoritarios un compromiso de moderación salarial, se oponen a las medidas de la troika. «Vamos a luchar para proteger nuestros negocios y los estándares de vida del pueblo griego», avisó Vassilis Korkidis, presidente de la Confederación Nacional de Comercio.