GUERRA COMERCIAL

El frente catalanoaragonés

Los gobiernos de Catalunya y Aragón preparan medidas conjuntas para afrontar el veto ruso Putin levanta la prohibición de importar leche sin lactosa y los complementos vitamínicos

Nectarinas 8 Protesta de agricultores de Zaragoza el pasado lunes.

Nectarinas 8 Protesta de agricultores de Zaragoza el pasado lunes.

JOSEP M. BERENGUERAS
BARCELONA

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Mejor ir de la mano que hacer cada uno la guerra por su cuenta. Eso es lo que han debido pensar los gobiernos de Catalunya y Aragón, que han decidido trabajar en una serie de medidas comunes para hacer frente al veto ruso a la importación de alimentos. El objetivo: que la actual crisis implique el menor coste posible para los agricultores de ambas zonas.

«El problema es el mismo en Aragón y en Catalunya, un problema que se asienta, entre otras, en una zona muy determinada como es el área regable del canal de Aragón y Catalunya. Podemos hablar en este caso de una zona común y de un grave problema común», aseguró ayer Modesto Lobón tras reunirse con los responsables del sector frutícola del canal de Aragón y Catalunya. Por ello, el consejero se puso en contacto con Josep Maria Pelegrí para intentar consensuar una serie de propuestas y acciones que palien en lo posible la crisis. Fuentes de la conselleria catalana corroboraron los contactos: «Se busca hacer un frente común y pactar una estrategia a seguir», aseguraron a este diario.

El canal ocupa una área regable de 105.000 hectáreas a caballo entre las dos comunidades, en las que se recogen en todo el año unas 800.000 toneladas de fruta, de las cuales 200.000 toneladas tienen como destino el mercado ruso. El presidente del canal, José Luis Pérez González, explicó ayer que las pérdidas en la zona se estiman «en torno a 60 millones de euros para el sector productor», y además otros «60 millones para el sector comercial», lo que hace que entre «120 o 130 millones de euros» se pierdan «entre el final de esta campaña y parte de la siguiente». «En la zona de influencia del Canal hay unas 12.000 familias que tienen fruta en sus explotaciones y no pueden convertirse en los paganos de un problema que no es climatológico ni de mercado. Es un problema que ha creado la Unión Europea y la Unión Europea debe pagar su coste, un coste que ya debía tener previsto», destacó Pérez.

Por ello, se reclamará a la UE que el impacto de la crisis no se cargue a fondos expresos de la PAC, sino del Fondo de Crisis; que la fruta se pague toda al mismo precio, sea cual sea su destino final, y que el porcentaje de retirada se eleve al 30% de la producción total.

Rusia, mientras, decidió acortar la lista de artículos vetados y excluyó de esta la «leche y productos lácteos sin lactosa», aunque mantiene en la lista la leche y productos lácteos en general. También permitirá importar, aunque solo para siembra, patatas, maíz híbrido, guisantes y cebollas; también suplementos dietéticos, de vitaminas y nutricionales. Además, amplía el veto a pescado vivos.