Un empleo, por favor

Miran como si les faltara el aire y su más clara certeza se remite a saber que el trabajo estable es un bien escaso. Demasiado escaso. Por eso, la ansiedad se palpaba en el pabellón número 5 del Bilbao Exhibition Centre (BEC) en Barakaldo (Vizcaya). Empieza el primer examen de la Oferta Pública de Empleo (OPE) del Gobierno Vasco. Serán 2.024 plazas -1.493 en el Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) y 531 en Educación- y los aspirantes superan los 65.000. Y eso que en Euskadi la tasa de paro es del 13,55%, casi es la mitad de la media española.

«Yo trabajo a rachas. Ahora, por ejemplo no tengo nada y aunque lo veo difícil, quiero al menos sacar puntuación para meterme en la bolsa de trabajo», relata Marisa. Ella es una de las 4.693 personas que en la tarde de ayer realizaron el examen para lograr una de las 30 plazas de administrativo ofertadas por Sanidad. Las cifras previstas para la jornada de hoy resultan más escandalosas: 16.484 aspirantes a 120 plazas de celador; otros 12.598 para 225 puestos de administrativo y 11.337 aspirantes a 350 plazas de auxiliar de enfermería. Son tantos que el metro ha previsto servicios especiales de refuerzo para los desplazamientos y la ertzaintza despliega un dispositivo singular ante la aglomeración, con atención médica incluida. Todavía el domingo habrá más mesas kilométricas en el BEC.«Es la primera vez que me presento a una OPE y la verdad es que el temario no me ha parecido difícil. Pero no me engaño, sé que es imposible lograr la plaza porque yo no tengo puntos acumulados de ningún tipo. Si logro entrar en la bolsa de trabajo ya será un éxito», dice Imanol, un licenciado en empresariales y con título oficial de euskera, que se apunta a toda prueba que pueda suponer un trabajo fijo.

Los departamentos de Sanidad y Educación del Gobierno vasco presumen de cumplir sus compromisos. Han logrado interesar a casi 10.000 aspirantes de otras comunidades. La mayor parte de ellos, unos 5.000, participará en las pruebas de enfermería del domingo.

La organización de los exámenes ha costado casi dos millones de euros y moviliza a 1.400 personas. «Somos apenas el 6 % de la sanidad española y ofertamos tres veces más empleo que otras comunidades», se jacta el viceconsejero de Sanidad, Jesús María Fernández. Su tesis es que la estabilización del empleo de los sanitarios redundará en beneficio del paciente. Pero lo cierto es que, por ejemplo, ni Vanesa ni Esther pensaban en los pacientes ante la puerta del pabellón. Su sueño ayer era bordar las 110 preguntas del examen y lograr una sustitución larga, muy larga.