La economía de la Eurozona no termina de arrancar

SILVIA MARTINEZ BRUSELAS

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Hace ocho años del estallido de la crisis en Europa y cuatro desde que comenzó la recuperación pero la economía de la Eurozona no solo no levanta cabeza sino que pierde fuelle, incapaz de contener los efectos derivados de los bajos precios del petróleo, la baja inflación o el deterioro de las perspectivas de crecimiento de países y mercados emergentes como China. Todo esto ha terminado pasando factura y ha llevado a la Comisión Europea a revisar a la baja sus últimas perspectivas de crecimiento . La Eurozona crecerá en 2016 un 1,7% (1,9% el próximo) mientras que el conjunto de la UE lo hará a un ritmo del 1,9% (2% en 2017), una décima en ambos casos por debajo de lo pronosticado en noviembre.

“La coyuntura mundial más débil plantea riesgos y exige que estemos vigilantes”, admite el comisario Pierre Moscovici que a pesar de la ralentización considera que la zona euro está respondiendo bien a las adversidades. Las cifras confirman, sin embargo, que la desaceleración entre las grandes economías del euro, salvo en el caso de la economía española, será este año generalizada y que los países crecerán menos. El PIB Alemania, por ejemplo, avanzará un 1,8% tanto en 2016 como en 2017, una décima menos de lo esperado. Y similar evolución registrará Francia con un crecimiento del 1,3% este año, también una décima por debajo, y del 1,7% en 2017. El tercero en discordia, Italia, aunque crecerá más que en ejercicios precedentes todavía lo hará por debajo de la media de los países del euro, un 1,4% este año y un 1,3% el próximo.

Todos ellos siguen estando en boca de Bruselas por uno u otro motivo. En el caso de la locomotora alemana porque aunque ha aumentado el gasto público para financiar la acogida de refugiados, lo que supone un estímulo económico adicional, sigue teniendo margen para reducir todavía más su elevado superávit presupuestario. Su vecina Francia porque no logrará en 2017 el equilibrio presupuestario. Para ese año debería situar el déficit por debajo del 3% pero según las previsiones se quedará a dos décimas. “Si hay nuevas medidas el objetivo se podrá lograr. Sapin (ministro francés de finanzas) ha confirmado varias veces que van a cumplir y no tengo motivos para pensar que no lo va a hacer”, asegura Moscovici que insiste en la necesidad de reformas. Italia por su parte no deja de pedir más y más medidas de flexibilidad presupuestaria -el año pasado recibió cuatro décimas a cambio de hacer reformas estructurales- y en Bruselas aseguran que hasta mayo no le darán una respuesta.

El horizonte tampoco aparece despejado para Grecia porque cualquier recaída en la crisis podría tener consecuencias para una Eurozona que seguirá registrando este 2016 una inflación del 0,5%, lejos del objetivo del BCE y con un mercado laboral que aunque mejora lo hará muy modestamente. La zona euro cerrará el año con un 10,5% de parados.

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