Del metal y vizcaíno

ANTONIO GARAMENDI. Este especialista en energía es el candidato de consenso entre las organizaciones que impulsan un movimiento crítico con Juan Rosell a la presidencia de la CEOE.

Antonio Garamendi.

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A. FUENTES / BARCELONA

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Las organizaciones que promueven una candidatura alternativa a la de Juan Rosell -si finalmente decide presentarse a la reelección- han optado por buscar un perfil, el de Antonio Garamendi, que no haya estado en primera fila hasta ahora. Rosell accedió a la CEOE desde la presidencia de Foment del Treball, un camino que no seguirán los máximos dirigentes de las patronales críticas.

El vizcaíno Antonio Garamendi es un empresario y dirigente de 56 años del potente sector metalúrgico vasco. Abogado de formación, Garamendi se involucró desde joven en las organizaciones empresariales y llegó a dirigir la patronal Jóvenes Empresarios y a formar parte de la junta directiva del metal de Vizcaya. En la gran patronal metalúrgica Confemetal ocupa el cargo de tesorero, que compagina con el de vicepresidente de Cepyme y el de presidente de la comisión de energía de la CEOE.

Su dedicación a las organizaciones patronales es precisamente motivo de crítica por parte del entorno de Rosell, que considera a Garamendi más como un dirigente empresarial que como un empresario en el sentido estricto del término.

Los partidarios del candidato crítico rechazan esa etiqueta y destacan la participación de Garamendi en los consejos de administración de numerosas empresas como Red Eléctrica Española (REE) y Tubos Reunidos, así como su implicación en proyectos empresariales. Garamendi consta actualmente en el registro mercantil como consejero o administrador único de seis sociedades.

Sus contadas intervenciones en público en los últimos años se ciñen a su papel como responsable de la comisión de energía de la CEOE. En una entrevista en el Diario de Burgos en enero pasado, defendió los beneficios aportados por la reforma laboral: «Nos guste o no había que contraer algunas cosas y desde el mundo privado se ha hecho, no desde el público. La reforma ha sido una pieza clave para la recuperación que se espera o que ya está en marcha».

Al mismo tiempo, se mostraba abierto respecto a una ampliación de la reforma con el fin de «simplificar las cosas» y que «las empresas sean más competitivas», aunque sin perder derechos.