BOLETÍN MENSUAL

El Banco de España prevé que la economía crezca el 1,2% en el 2014 y el 1,7% en el 2015

El organismo calcula que el déficit se situará este año en el objetivo del 5,8%, pero en el 2015 solo bajará tres décimas, hasta el 5,5%

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El Banco de España prevé que la economía española crezca un 1,2% en el 2014, gracias a la primera tasa positiva de la demanda interna (0,3%) desde que comenzó la crisis, en tanto que espera que esta tendencia se acelere en el 2015, cuando el PIB avanzaría un 1,7 %.

Así, se espera que la tendencia observada en el segundo trimestre del 2013, hacia un mayor peso de la demanda nacional a expensas de la demanda exterior neta, se consolide en el período de proyección.

El Boletín Económico de la entidad supervisora correspondiente al mes de marzo se muestra más optimista que el Gobierno, que espera un avance del PIB del 0,7 % en el 2014 y del 1,2 % en el 2015, aunque estas cifras serán previsiblemente corregidas al alza a finales de este mes hasta 1% y 1,5 %.

Déficit

El Banco de España, además, espera que el déficit del conjunto de las administraciones públicas se sitúe en el 2014 "en línea" con el objetivo del 5,8% y para el 2015 espera una reducción de solo tres décimas, hasta el 5,5%, con lo que se desviaría más de un punto frente al objetivo del 4,2% para el año que viene, si bien precisa que una vez que se conozcan la totalidad de los planes de ajuste presupuestario esta previsión debería reducirse.

En su último boletín económico, en el que incluye sus proyecciones para este año y el siguiente, el Banco de España afirma que tras cuatro años de consolidación presupuestaria, el ajuste fiscal "pendiente" seguirá siendo uno de los "principales condicionantes" de la evolución macroeconómica en el horizonte de los dos próximos años.

Por el lado de los gastos, la autoridad monetaria ha realizado sus previsiones de déficit teniendo en cuenta la subida del 0,25% de las pensiones en línea con la aplicación del factor de revalorización, la congelación de los salarios públicos, la limitación de la oferta de empleo público, la restricción de la inversión pública, así como el descenso en el gasto en consumo final asociado a la entrada en vigor de la reforma de la Administración Local, especialmente a partir de 2015.