Atracción inmobiliaria

En el actual momento del mercado inmobiliario de Barcelona hay algo que destaca sobre otros aspectos para Santiago Aguirre, copresidente de la consultora inmobiliaria Aguirre Newman: «Quien compre ahora, en cinco años va a ganar dinero». La empresa que preside junto a Stephen Newman -conmemora ahora el 25º aniversario de la apertura de su sede en la capital catalana- prevé que el 2014 puede concluir con un volumen de inversión de 1.600 millones de euros en los segmentos inmobiliarios en los que maneja su actividad: oficinas, sector hotelero y sector comercial. Así queda reflejado en el informe Barcelona, foco de inversión inmobiliaria internacional, presentado ayer por los responsables de la compañía.

Se trata de una proyección a partir de la cifra de inversión que se ha generado en los nueve primeros meses de este año y que ascienden a algo más de 1.000 millones. Cerca ya a los 1.200 millones invertidos en el 2013. Las expectativas implican un crecimiento del 33% con respecto al año anterior.

El distrito del 22@, la plaza Europa de l'Hospitalet y Cornellà de Llobregat aparecen como ejes de nueva centralidad en el entorno metropolitano por encima de Diagonal y Paseo de Gràcia. En los tres primeros trimestres han generado operaciones por 580 millones de euros.

En el sector hotelero se han producido nueve operaciones que han generado un volumen de inversión de 260 millones de euros, entre las que se incluyen la venta del Hotel Renaissance Barcelona a un fondo internacional o la torre del Deutsche Bank, situada en paseo de Gràcia, 111, a otro fondo de inversión para reconvertir el inmueble de oficinas en hotel. Esa práctica, por otra parte, está permitiendo «rebajar la tasa de desocupación de oficinas de la ciudad» , destacó Newman. Los copresidentes de la consultora consideran que el recorrido para el sector inmobiliario en el entorno barcelonés es todavía largo ya que, según Aguirre,  «se puede comprar por debajo del precio de reposición» -el precio de construir de nuevo-, lo que garantiza rentabilidades más altas que en otras grandes ciudades europeos. Mientras que en Barcelona el precio del metro cuadrado para inversión está entre 1.700 y 3.000 euros, en Fráncfort alcanza los 8.000 euros y en París supera los 18.000 euros. De hecho, los precios en BCN está aún en mínimos históricos, tras haber caído el 50% desde el 2007, lo que abunda en la tesis de que el mercado tiene recorrido, aunque «falta oferta», según consideran los responsables de la consultora inmobiliaria.