Y aparece el pánico comprador

Tan acostumbrados están los comentaristas de los mercados de renta variable que una expresión tan común, que roza la categoría de tópico (en periodismo es indicador de lo que se debería evitar), que ayer triunfó en los corros la expresión pánico comprador como descripción de la jornada de cotizaciones. La broma lingüística era mezclar sustantivo y adjetivo de dos situaciones que desde siempre se han presentado antagónicas. El pánico, en bolsa, es vender. La euforia, comprar.

Unir temor y compra es una variante original para describir una sensación contradictoria que ha recorrido los mercados: ni los indicadores más básicos, ni las tendencias políticas de fondo que se atisban para los próximos meses, aconsejan mantener una tendencia compradora. Y sin embargo, la bolsa española ayer vivió su sexta jornada seguida en la que dominaba el dinero (compra) sobre el papel (venta). En esta ocasión, la afluencia de inversiones se enfocó en las compañías vinculadas a las materias primas y a los bancos (Santander y BBVA escalan letras en la abstrusa calificación de las agencias de valoración de países y sus deudas).

La tendencia alcista, en la que el Ibex volvió a superar al resto de mercados continentales, se valoró en Europa a partir de los datos de coyuntura de producción industrial. En Alemania, España y Gran Bretaña fueron indicadores positivos. Menos de lo esperado, pero suficientes para animar a que los compradores no sientan, de momento, el pánico. En EEUU los inversores estaban menos influenciados y Wall Street seguía anodina a media sesión.

El Ibex 35 alcanzó los 10.170 puntos, el 0,66% más que el martes.