PREPARATIVOS DE LA MOVILIZACIÓN LABORAL

Los sindicatos endurecen la cuenta atrás para la huelga general del 29-S

ANTONI FUENTES / Barcelona

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La cuenta atrás para la huelga general ha empezado. Un contador muestra de forma ininterrumpida el tiempo que falta para el 29-S en las webs de CCOO y UGT. La proximidad de la movilización y el enroque del Gobierno han hecho que los sindicatos endurezcan sus posiciones con peticiones espontáneas de dimisión para Zapatero y con huelgas descontroladas como la que sufrió ayer Ferrocarrils de la Generalitat, que dejó a los usuarios sin servicios mínimos.

«Hay mucho cabreo acumulado de los trabajadores por los recortes del Gobierno y la reforma laboral», indicó ayer un dirigente sindical que participó en el acto central de la campaña previa al 29 de septiembre en Catalunya.

AUDITORIO DIVIDIDO / Unos 4.500 delegados de CCOO y UGT participaron en La Farga de L'Hospitalet -un símbolo del pasado industrial y un feudo del ministro de Trabajo, Celestino Corbacho- en una asamblea en la que se escucharon gritos de «Zapatero dimisión» en varias ocasiones. Una parte de los militantes sindicales interrumpieron los discursos de Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez reclamando la marcha del presidente del Gobierno por la aprobación de la reforma laboral, mientras el resto de delegados permanecían en silencio.

Toxo y Méndez fueron más moderados en sus intervenciones y se limitaron a advertir que Zapatero se verá obligado a rectificar su política social después de la huelga del próximo día 29. La insistencia en mantener y ampliar las reformas económicas del presidente del Gobierno en Oslo el día anterior encrespó todavía más los ánimos sindicales. «Haría bien en rectificar antes del día 29, pero si no es así la gran manifestación democrática de la huelga le obligará a cambiar», afirmó el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo. Su homólogo de UGT, Cándido Méndez, agradeció el «compromiso militante» de los delegados que se está transformando en una «ola de movilización» que obligará a que Zapatero modifique, el día 30, el enfoque de sus políticas para «salir de la crisis de otra manera».

EN DEFENSA PROPIA / Los dirigentes dedicaron una buena parte del acto a defenderse de los ataques recibidos por los sindicatos y atraer la adhesión de más empresas.

El líder de CCOO de Catalunya, Joan Carles Gallego, calificó la protesta como «una huelga general en defensa propia ante los que quieren hacer negocio con los derechos de los trabajadores» y añadió que la protesta «será útil si se ve» . El secretario general de la UGT catalana, Josep Maria Álvarez, acusó al Ejecutivo de «traspasar la línea roja de los derechos laborales».

CCOO y UGT afrontarán la prueba de fuego de la huelga la semana próxima, cuando los comités de empresa o las asambleas de las principales compañías de transporte público decidan si secundan la huelga general. Los convocantes dan por seguro un paro total en el metro, los autobuses de Barcelona, Cercanías y Ferrocarrils gracias a la amplia presencia sindical en esas empresas y al respaldo de otras centrales.

En todo caso, el responsable del sector de transportes de CCOO, José Luis Moure, pidió ayer a la Generalitat que no demore la orden de servicios mínimos teniendo en cuenta que únicamente tiene que aplicar el llamado acuerdo en frío.

SERVICIOS MÍNIMOS PACTADOS / Se trata de un pacto anterior al conflicto que se aplicó en la huelga general del 2002 que establece el funcionamiento de un 33% de trenes y autobuses en las horas punta de 6 a 9 de la mañana y de 5 a 8 de la tarde. «La Generalitat ha de despejar cuanto antes los servicios mínimos para que la gente pueda organizarse con suficiente antelación», indicó Moure.

Los sindicatos reconocen que el punto débil en los preparativos son las empresas privadas, en las que afirman que «el miedo atenaza a los posibles huelguistas».