UNA historia del EIXAMPLE... El Parthenon Masriera

El misterioso templo de la calle de Bailèn

El antiguo taller de los joyeros Masriera es ahora la sede de una congregación religiosa

El Parthenon Masriera 8 Fue estudio de arte y residencia de monjas.

El Parthenon Masriera 8 Fue estudio de arte y residencia de monjas.

REBECCA BOSCH BASSAT
BARCELONA

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Son muchos los transeúntes que se quedan fascinados al toparse con un peculiar templo columnado de la calle de Bailén, 70. Sin embargo, muy pocos conocen la verdadera historia que se esconde detrás del Parthenon Masriera. Corría el año 1882 cuando los joyeros y hermanos Masriera, Josep y Francesc, encargaron al arquitecto premodernista Josep Vilaseca la construcción de un taller de estilo romántico y que se pareciera lo máximo posible al templo Augusto. El edificio, de aire tenebroso y enclavado en un terreno de casi 1.000 metros cuadrados de superficie, tiene algunos elementos masónicos en la fachada como la estrella de cinco puntas. «Sin embargo, la familia Masriera no era masona», señala Josep Brunet, director de la biblioteca Arús y experto en masonería.

Los Masriera, que también destacaban como pintores, querían instalar su taller en la calle de Bailèn y este fue inaugurado finalmente en 1882. Desde entonces, el edificio, con forma de templo clásico, sirvió a los hermanos de vivienda además de taller y de espacio donde exponer sus obras.«El interior estaba adaptado para responder a las necesidades derivadas de la práctica pictórica», precisa Francesc M. Quílez Corella en el libroEls Masriera.

Un teatro dentro

Con el paso del tiempo, el templo fue cedido a la congregación religiosa de monjas Petita Companyia del Cor Eucarístic de Jesús y es propiedad de la fundación Pere-Relats,que se dedica a ayudar a personas que necesitan una atención especial. Vecinos y comerciantes de la zona se refieren al antiguo taller como«el templo misterioso»porque ignoran tanto a quien pertenece como el uso tiene. Salvador Escrits, que es uno de los padres que solían acompañar a sus hijos a hacer manualidades con las monjas, señala:«El interior, que es digno de una obra de arte, incluye un teatro en el que caben probablemente más de 300 personas».El también propietario de una empresa situada frente al templo apunta que« las religiosas viven ahora en Viladrau, quizás porque se han hecho mayores», concluye. Sin embargo, muchas siguen acudiendo regularmente al templo para rezar.