Puertas abiertas al arte

Históricamente el barrio de Poble Sec ha acogido infinidad de creadores. Pintores, escultores, torneros, ceramistas, diseñadores... de aquí y venidos de fuera. Todos sin excepción se han integrado y han encontrado la inspiración en la falda de la mágica montaña de Montjuïc, en unas calles que desprenden ese aire artístico y algo bohemio. Sin embargo, sus obras suelen ser invisibles para el resto de los vecinos.

Sacar a la luz estos pequeños talleres y fomentar la creatividad son los grandes objetivos de Tallers Oberts, una iniciativa que mediante exposiciones y actividades gratuitas permiten a los ciudadanos conocer un total 25 pequeños talleres durante los días 18, 19 y 20 de noviembre.

«Con Tallers Oberts el centro cívico promueve la cultura del barrio y apoya su vertiente más artística. En cualquiera de sus formas, porque todos tienen alguna cosa que mostrar», explica una de las responsables, Núria Girona, directora del centro cívico El Sortidor.«A la veintena de talleres que abrirán sus puertas se sumarán, además, 10 artistas sin local, que trabajan en pisos. Ellos estarán ubicados en unas carpas colocadas en la misma avenida del Paral·lel, donde también habrá un punto informativo de Tallers Oberts», añade Girona.

La iniciativa recibió«más de 3.000 visitantes»en su última edición y esperan aumentar la cifra con una de las novedades más importante: la llamadaNit Blanca.«Esta iniciativa está inspirada en la Nit dels Museus. La idea es que la mayoría de estos talleres abran al público el sábado desde las 21 horas hasta medianoche para ofrecer algo especial, con pequeños conciertos y actuaciones», explica Girona, quien también destaca como mejoras sustanciales la colocación de pancartas tipogotaen cada uno de los talleres para facilitar su localización.

Como en la pasada edición, un enorme grafito -de seis por dos metros- a cargo del tándem Kram & Klinisbut abrirá a golpe de spray las jornadas a media mañana. Ya por la tarde, Jordi Rimbau hará una demostración de tornería esculpiendo pequeñas peonzas.«En realidad son virolets, más pequeñas y sin la punta de hierro», matiza Rimbau, artesano y cocinero.

«El horario en mi trabajo me permite dedicarme por las tardes a la madera, que es algo que me tiene obsesionado, en el mejor de los sentidos. Todo comenzó cuando en una feria ví un torno haciendo unas setas y me quedé hipnotizado», bromea el artesano.

Muchas cosas para ver

Rimbau trabaja el torno pero también realiza grabados (y pirograbados) en su taller, que hace las veces de escuela:«Tornyclub o El Racó de la Ninfa(pasaje de Prunera, 15)abrió hace tres años y tenemos alumnos de todas las nacionalidades. Cuánto más trabajan en el taller, tienen más y mejores ideas», cuenta Rimbau, quien participa por segundo año en la inauguración de Tallers Oberts:«Es muy positivo que la gente conozca lo que hay detrás de los talleres que tiene al lado de casa, porque hay muchas cosas que merece la pena verlas».