PROYECTO DE REHABILITACIÓN PSICOSOCIAL

Empleo terapéutico

Jardineros 8 Usuarios de la Fundació Tres Turons arreglan parterres y el entorno de Can Soler.

Jardineros 8 Usuarios de la Fundació Tres Turons arreglan parterres y el entorno de Can Soler.

ALBA PEÑA
BARCELONA

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Si algo tiene claro el director del servicio de inserción sociolaboral de la Fundació Tres Turons, Lluís Pérez, es que «pintar 15 veces la misma pared no sirve de nada a los usuarios del centro». Esta entidad trabaja con personas que sufren trastornos mentales y su mayor prioridad, en palabras de Pérez, es «conseguir que se recuperen y puedan reintegrarse en la sociedad». Es lo que se conoce como rehabilitación psicosocial e implica que los usuarios, las personas que sufren el trastorno, tengan contacto con entidades del territorio para poco a poco romper los estigmas que giran en torno a las enfermedades mentales.

Para ello necesitaban un proyecto que realmente motivara a los usuarios y cuando la masía de Can Soler, en el barrio de Sant Genís dels Agudells, fue restaurada y convertida en la sede de la Escola d'Art Floral de Catalunya encontraron la solución a sus problemas. «Queremos que tengan un empleo y una responsabilidad de verdad, pero no podemos operar en el mercado laboral, así que trabajar en la masía, junto con la escuela de arte floral, era un proyecto perfecto», explica Pérez.

Así fue cómo escuela y fundación acordaron que los usuarios de Tres Turons serían responsables de los entornos de la masía y realizarían tareas como limpiar el bosque de ramas y hierbas, pintar muros, construir parterres y restaurar puertas y ventanas. Trabajos que ocupan a 30 personas, 20 que hacen trabajos de jardinería, donde se coordinan con estudiantes de la escuela, y otro grupo de 10 personas que hace tareas más propias de la construcción. El responsable de estos talleres, Joan Blas, asegura que tras el primer año de funcionamiento del proyecto los resultados han sido muy positivos. «Ha funcionado muy bien -cuenta Blas- y tanto ellos como nosotros sacamos muchos beneficios del acuerdo a que hemos llegado».

Cuando la escuela abrió, la masía llevaba mucho tiempo en desuso y al estar ubicada a los pies de la montaña de Collserola el entorno, pese a ser un privilegio de la naturaleza, necesitaba muchos arreglos.

Un entorno idílico

Así que pronto se pusieron manos a la obra y a día de hoy este lugar es un remanso de paz en plena ciudad donde todos los usuarios de Tres Turons encuentran su vía de escape a la vez que se preparan para volver al mercado laboral. Lluís Sagarra lleva seis meses en este taller: «Estoy aprendiendo jardinería y el trabajo me gusta. Además, disfruto mucho de un entorno natural como este». Desde luego las vistas hacia Collserola y hacia le barrio de Sant Genís son impresionantes.

Estos días el equipo de jardinería está aprendiendo a utilizar una máquina desbrozadora para limpiar las malas hierbas y nivelar el césped. Hace unas semanas prepararon todo para celebrar la fiesta de fin de curso de la escuela de arte floral.

Tareas de verdad con resultados reales. Uno de los compañeros de Sagarra, Àlex Ribot, empezó a trabajar en el entorno de la masía en septiembre. «Me ayuda mucho y sobre todo estoy más animado porque estoy con mis compañeros trabajando al aire libre», cuenta.