DISTRITO 2 - EIXAMPLE

La nueva manzana cultural del Eixample levanta el telón

El Centre Cultural Teresa Pàmies de la calle Comte d'Urgell pone en marcha la biblioteca Agustí Centelles, los jardines de Ermessenda de Carcassona y un centro cívico

ALBA PEÑA
BARCELONA

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Son poco más de las 10 de la mañana del lunes y el edificio es un ir y venir constante de vecinos y curiosos. A las 8.30 ya había gente haciendo cola en la calle. Nadie quiere perderse la puesta en marcha de este gran edificio de equipamientos del distrito del Eixample. Y es que el centro cultural Teresa Pàmies, en el 145 de Comte d'Urgell, ofrece de todo: una mañana tranquila y soleada en los jardines de Ermessenda de Carcassona, recuperados en el interior de manzana; talleres en el Centre Cívic Urgell, y cientos de libros y otros materiales en la biblioteca Agustí Centelles, especializada en fotografía.

Lo primero que hacen los visitantes al llegar, eso sí, es rellenar la hoja para solicitar información, como Maria Àngels León, vecina del barrio: «Estoy jubilada y vivo cerca, así que estoy pidiendo información de los cursos que se harán en el centro cívico porque estoy muy interesada en venir y, sobre todo, en aprender algo de informática».

Aunque la programación del centro cívico no está aún definida, durante el verano se hará una muestra de cursos y algunas actividades para tantear a los vecinos y ver cuáles son sus preferencias. La directora de este espacio, Isabel Cuesta, junto con todo el equipo, están preparando estos primeros talleres: «En el mes de julio ofreceremos entre 20 y 30 cursos y talleres sobre cocina, acercamiento a otras culturas, reflexión, etcétera, pero la programación estable empezará en octubre». Los vecinos interesados podrán consultarla en la web www.bcn.cat/eixample.

CONCIERTO DE PRIMAVERA / Una de las actividades que ya está confirmada es un concierto de la Orquestra de Cambra Catalana, este viernes en el recién estrenado auditorio del equipamiento. Además, durante el mes de julio, una vez a la semana, los vecinos podrán asistir a un espectáculo nocturno al aire libre, igual que se hace en otros centros cívicos.

Después de meses viendo las obras y esperando pacientes la puesta en marcha, lo cierto es que todos están deseosos de empezar. «Veo carteles de talleres de cocina y un gimnasio, pero no tengo información sobre ellos. Cuando la tenga, veré cuál me interesa», explica Carme Poch.

Más satisfechos salen los que han venido a la biblioteca. Tres plantas conectadas llenas de libros, prensa, películas... La Agustí Centelles, que debe su nombre al fotógrafo, y está especializada en fotografía, es la segunda biblioteca más grande de Barcelona y hace las delicias de los amantes de la cultura. Un espacio lleno de luz, amplio y moderno que no deja indiferente a nadie. «La biblioteca es preciosa. Vendré a menudo a leer la prensa», dice Emili Garriga mientras sale del equipamiento municipal con un libro bajo el brazo.

1Q84, de Haruki Murakami, o La casa cantonera, de Sílvia Alcántara, algunos de los títulos más vendidos este Sant Jordi, esperan pacientes en los estantes de novedades que alguien se los lleve a casa. «Hemos luchado mucho para tener una buena colección», explica el director, Walter Llorach, quien añade que «para conseguirlo es imprescindible tener las últimas novedades».

Un requisito que se ha hecho extensible a la colección de cine. Pilar Hernández repasa los estantes de películas en DVD en busca de algo para ver en casa y no sale con las manos vacías: «Me encanta el cine y me han aconsejado Ágora, así que me la llevo». Muy cerca de ella Edwin Gutiérrez navega por internet desde uno de los ordenadores de la biblioteca. «Soy de Santa Coloma pero parte de mi familia vive cerca de aquí, así que aprovecharé mucho este espacio, lo han dejado precioso», explica.

Lejos de ser un lugar silencioso, la excitación de los vecinos ha llenado el lugar de murmullos, comentarios en voz baja, dudas... Pero en un día como este a nadie le molesta. Ni siquiera a Sergio España, que estudia en una mesa sus apuntes de medicina: «Tenía miedo de que, al tener la escola bressol tan cerca, la biblioteca no fuera un sitio tranquilo, pero ahora que la veo estoy contentísimo. Será mi lugar de estudio, sobre todo cuando lleguen los exámenes».