RUTA EN SANT ANDREU

Mostradores centenarios

De generación en generación. Los establecimientos centenarios de Sant Andreu apenas suman media docena, y quizás por ello son tan respetados y apreciados por los vecinos. En estos negocios familiares, la profesionalidad y el compromiso con el oficio son valiosos activos.

LUIS BENAVIDES

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FARMACIA GUINART GRAN DE SANT ANDREU, 306 Una botica modernista con relevo asegurado

Abrió hace 114 años y cuatro generaciones han despachado medicamentos. En la misma acera una placa conmemorativa confirma que la farmacia Guinart es centenaria y además tiene interés arquitectónico. De estilo modernista y en un estado inmejorable, la casa de la familia Guinart es un auténtico museo de la farmacia. Joan Guinart, de 77 años y nieto del fundador, es consciente de ello, y guarda en una vitrina desde el primer recetario, del 15 de noviembre de 1896, a aspirinas originales, pasando por tortillas de sobre, laxantes y otros recuerdos insólitos de épocas pasadas.

Innovaciones, como la receta electrónica, han facilitado mucho el trabajo pues ya no hay que interpretar la letra de los médicos, ha racionalizado mejor los fármacos y ha evitado«que la gente guarde arsenales de pastillas caducadas».Guinart trabaja en la botica con Luis y Margarita, dos de sus seis hijos, por lo que el futuro de la farmacia no le preocupa. Sus 20 nietos son además una garantía, estadísticamente hablando, de la continuidad de la dinastía: «Alguno, digo yo, estudiará la carrera. Pero son muy pequeños y falta mucho».El fin de semana la farmacia cierra y la casa, donde ahora viven solos Joan Guinart y su mujer, se queda pequeña para tanto nieto. Los niños corretean por el establecimiento entre cajas de medicamentos. Pero todo está bajo control y no hay peligro:«No me preocupa que jueguen por aquí. Solo quieren caramelos y saben dónde están», asegura con tranquilidad.

CLAPÉS G. SANT ANDREU, 211 Antiguo y renovado

Situada en la planta baja de un bloque de viviendas moderno (calle de Gran de Sant Andreu, 211) , nadie diría que la farmacia Clapés es en realidad un negocio centenario abierto en 1863.«Hace unos años derribaron el edificio antiguo donde estábamos, pero la gente de siempre ya nos conoce», cuenta Toni Clapés, copropietario con su hermano Jaume. Su apellido está muy arraigado al barrio, la céntrica plaza de Mossèn Clapés rinde homenaje al hermano de su abuelo. El copropietario asegura que lo que más le gusta de la farmacias es«preparar fórmulas y el trato con la gente».

CAN RUSCA G. SANT ANDREU, 135 Un corte clásico

Can Rusca ofrece una moda para caballero«de corte clásico, con marcas de categoría», explica Andreu Rusca, propietario de un negocio abierto desde 1906 y que han gestionado tres generaciones.«Al principio nos conocían en el barrio por vender ropa de señora, pero a mí no me interesaba y cambié de estrategia centrándome en la confección de caballero y de cortinas», recuerda Rusca, quien recibe encargos de media Europa gracias al boca-oreja y a su buen gusto.«Nunca quise dedicarme a otra cosa, aunque las motos siempre me han gustado»,confiesa.

FORN TUR VIRGILI, 74 Pan desde 1888

El papel con que el Forn Tur envuelve su pan artesanal luce una fecha: 1888.«Mi abuelo (Francesc Tur) vino de Ibiza a trabajar en una panadería y se casó con la hija del dueño. Heredó el negocio y lo bautizó con su apellido», relata su actual propietario, Jordi Tur, quien mamó el oficio desde niño. Con el piso encima del obrador parece imposible desconectar pero Tur lo logra«jugando partidillos de voleibol con los amigos». El deporte es su perdición y también loscarquinyolis.«Los hago con la fórmula de mi padre y es horroroso porque si pruebas uno ya no paras», sentencia.

BALTASAR G. SANT ANDREU, 152 bis Amor por la tipografía

Mercè Baltasar cuenta la historia de la imprenta:«Mi bisabuelo era maestro impresor y fundó su propia imprenta en 1861. Su primer cliente fue Fabra i Coats, que era entonces la empresa más importante de Sant Andreu».La dueña del negocio destila«amor por el oficio»y lo ha transmitido a sus hijos, Anna y Jordi Bosch, quinta generación de una empresa familiar que en el 2011 cumplirá 150 años.«Somos profesionales y no hemos dejado de evolucionar, invirtiendo en las mejores herramientas y aplicando las últimas técnicas», añade.