El viaje increíble de 'Titi'

Una estatua de 200 kilos de bronce fundido preside la entrada del estadio Emirates del Arsenal. En ella aparece un jugador de rodillas celebrando un gol. No es un tipo cualquiera. Es Thierry Henry (París, 1977), el mejor futbolista de la historia del club inglés, en el que marcó 228 goles en 377 partidos. El Mónaco, la Juventus, el Barça y el New York Red Bulls, su último destino, también tuvieron la suerte de disfrutar de su talento. Ayer decidió colgar las botas después de 20 años de magisterio para regresar a Londres y comentar partidos en el canal Sky Sports de televisión.

«Mi carrera ha sido un viaje increíble. He tenido recuerdos asombrosos (¡la mayoría buenos!) y una experiencia maravillosa. Espero que os divirtiéseis viéndome tanto como yo lo hice participando. Os veo en el otro lado», comentó Titi en Facebook. El delantero desea compartir ahora con los aficionados sus opiniones y experiencias de su carrera.

Hijo de antillanos, Henry se crio en una familia muy humilde. Empezó a jugar con las botas de su padre y los técnicos le aconsejaron que se dedicara al atletismo, a correr los 400 metros. Pero se decantó por el deporte rey. Con 13 años ingresó en la escuela Clairefontaine de jóvenes talentos, en 1992 fichó por el Versalles y en 1994 debutó en Primera con el Mónaco de Arsène Wenger. Todo fue muy rápido en la carrera del delantero, un prodigio de verticalidad y talento que cautivó a la Juventus. Allí jugó con Zidane y Deschamps, pero no destacó en la banda izquierda. Wenger le rescató para convertirlo en una leyenda del Arsenal, que pagó 17 millones de euros. Ganó dos Ligas en Londres en ocho temporadas y dio el salto al Barça en el 2007. Una década antes estuvo a punto de recalar en el Madrid de Lorenzo Sanz.

En el Barça de los 6 títulos

El club azulgrana pagó 24 millones por el punta, presentado en el Camp Nou ante 30.000 personas. No brilló nunca en Barcelona como en Londres, pero tampoco defraudó. Estuvo tres temporadas y participó en el mágico equipo de Pep Guardiola que logró los seis títulos en el 2009. Se marchó a Nueva York con dos Ligas, una Copa, una Champions y un Mundial de Clubs logrados en el cuadro catalán.

La retirada de Henry fue muy comentada ayer. «Es una pena que se despida uno de los mejores con los que he jugado. Una verdadera leyenda», dijo Cesc, que estuvo cuatro campañas con Titi en Inglaterra. Sus excompañeros franceses también se volcaron con un crack que dejó la selección tras el Mundial de Sudáfrica. Campeón del mundo y de Europa con Francia, y pichichi de los bleus con 51 goles en 123 partidos, el delantero no ha sido reconocido en su justo valor en su país. «A Titi hay que rehabilitarlo de una vez por todas. Hablamos de un francés negro que tiene una estatua en Inglaterra. Eso quiere decir muchas cosas», reflexionó el exazulgrana Petit.