Tridente ansioso

Messi bromea con Suárez, ante Neymar, Rafinha y Piqué, ayer en el entrenamiento.

Messi bromea con Suárez, ante Neymar, Rafinha y Piqué, ayer en el entrenamiento.

JORDI TIÓ
BARCELONA

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El mejor tridente de la historia se ha reencontrado en el césped de la ciudad deportiva. Messi, Suárez y Neymar no coincidían sobre un terreno de juego desde la final de Berlín, el pasado 6 de junio, donde festejaron a lo grande la conquista de la Champions y de un triplete legendario, el segundo de la historia del Barça. Tres títulos (Liga, Copa y Copa de Europa) que abren la puerta a la posibilidad de sellar otro sextete (también sería el segundo), las dos Supercopas y el Mundial de Clubs, un reto mayúsculo que tiene ansioso al equipo y, en especial, al tridente azulgrana.

EL RETO PERSONAL

Por eso Messi (junto a Mascherano) ha perdonado cuatro días de vacaciones para empezar a entrenar. No hay mejor noticia para los culés que ver a Leo enchufado (es como ganar el primer título sin que haya empezado a rodar el balón). Sí, tiene asuntos personales pendientes, como la pugna por el Balón de Oro, un galardón (sería el quinto que consigue) que tiene casi asegurado después de la inmejorable temporada del equipo y de sus excepcionales registros particulares: 58 goles. Cristiano Ronaldo sumó 61, pero anda claramente por detrás del argentino en la carrera por un trofeo que le tiene obsesionado, empeñado como anda en igualar a Messi, como él mismo le recordó en la gala de la FIFA del pasado enero. Grave error.

Puede que Ronaldo no calculara bien la dimensión de su afrenta, ya que desde esa fecha Messi volvió a ser Messi en su mejor versión.

Y en ello anda de nuevo el argentino, consciente de que en este inicio de agosto hay dos títulos en juego. El primero, ante el Sevilla en Tbilisi, donde el martes 11 se pondrá en juego la Supercopa de Europa. Solo tres días después, el viernes 14, aguarda el Athletic en San Mamés, en el primer asalto por la Supercopa de España. La vuelta será en el Camp Nou el lunes 17. Es decir, siete días (del 11 al 17 de agosto) y dos títulos en disputa. Para el tercero, el Mundial de Clubs, habrá que esperar hasta diciembre y viajar a Japón.

Con semejante calendario de por medio (a ello hay que añadir la Liga, que el Barça empieza el domingo 23 también ante el Athletic en Bilbao), el tridente y el equipo buscan su mejor puesta a punto en las dobles sesiones de entrenamiento y en los dos próximos amistosos: mañana, ante la Fiorentina en Florencia, y el próximo miércoles ante la Roma, en el Gamper, en el estreno ante la afición en el Camp Nou, donde es posible ver ya al tridente en acción.

Quienes no estarán seguro son los dos nuevos fichajes, Aleix Vidal y Arda Turan, que no pueden jugar hasta enero por la sanción de la FIFA. El turco sufrió ayer un esguince de segundo grado en el ligamento lateral externo del tobillo derecho. «Su evolución marcará la disponibilidad para los próximos entrenamientos», decía la nota del club.

HACER ALGO ÚNICO

Y quien sigue en la nube a la que subió en Berlín es Suárez, feliz por haber sumado en una sola temporada lo que muchos profesionales no alcanzan en toda su carrera. «Lo que hicimos la temporada pasada la gente lo recordará siempre porque es único. Estoy haciendo cosas que nunca imaginé», afirmaba el goleador uruguayo en ESPN.

«Tengo el privilegio de jugar junto a Messi y Neymar, y con Iniesta, que era un sueño. Disfruto a su lado, en el mejor equipo del mundo», valora el goleador, que ha exhibido una gran forma en la gira por EEUU. «Después de seis años sin poder hacerla, es beneficioso para mí poder hacer la pretemporada. Tenemos la posibilidad de ganar los seis títulos». Es el reto del Barça.