ENTREVISTA

Toni Nadal: "Con Rafael he cubierto de sobra mis ambiciones"

"Le hacemos un pobre favor a la sociedad al denigrar conceptos como autoridad y obediencia", afirma el entrenador

Toni Nadal, sentado en la sede del Reial Club Tennis Barcelona, con eu libro en la mano

Toni Nadal, sentado en la sede del Reial Club Tennis Barcelona, con eu libro en la mano / periodico

JOAN CARLES ARMENGOL / BARCELONA

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Toni Nadal, forjador del mayor talento histórico del tenis español, su sobrino Rafael, ha vertido en un libro toda la filosofía que ha convertido su método en uno de los más eficaces en la formación de tenistas y, a la vez, personas. 'Todo se puede entrenar' '(Alienta Editorial) aparece este Sant Jordi como un compendio imprescindible para entender el fenómeno en que se ha convertido este tándem tío-sobrino. Esfuerzo, autoridad, disciplina, obediencia, exigencia, responsabilidad, constancia, superación... son conceptos que aparecen constantemente en las páginas del libro que mejor explica los sencillos secretos de un rotundo éxito.

-Con tanta exigencia, la infancia y adolescencia de Rafael Nadal debió ser un infierno, ¿no?

-No, no, no creo. Se lo pasó muy bien, aunque es verdad que los entrenamientos eran duros. Yo he sido una persona dura cuando él era joven, pero siempre ha visto que lo hacía por su bien. Como oí decir el otro día al juez Emilio Calatayud hablando de autoridad, "no necesito que mis hijos sepan ahora si soy o no un buen padre".

-Pero es que usted maneja conceptos como autoridad y obediencia, que tienen ahora muy mala fama...

-Le hacemos un pobre favor a la sociedad cuando denigramos estos conceptos. Creo en la autoridad responsable, prudente y correcta, en la autoridad moral del profesor, entendiendo que el que manda es una persona preparada y el que recibe la información, el que quiere prepararse. Lo mismo pasa con la obediencia, que también tiene acepciones positivas. Yo creo que la obediencia en el sentido de dejarse guiar es un gran síntoma de inteligencia emocional. La gente que no se deja guiar es que tiene una autoestima muy pobre, o la entiende mal.

-Usted tuvo suerte de que Rafael fue un niño muy obediente, ¿no?

-Sí, porque eso nos permitió a la gente que trabajábamos con él hacerlo de una manera más fácil. Pero el primero que tuvo suerte fue él mismo, porque es el que se ha visto principalmente beneficiado. La persona que es receptiva y obediente, que se deja guiar, es el primero que se ayuda a sí mismo.

-Explica en el libro que ahora ya no ejerce de formador, que ahora es un simple acompañante.

-Una persona de 28 o 29 años ya no necesita un formador. Mi sobrino se ha educado bien y por tanto tiene capacidad para decidir totalmente por sí mismo. Otra cosa es que me guste seguir dándole consejos y seguir entrenándole, sobre todo con la palabra, verbalmente. Me gusta aquella frase de Javier Cercas en 'Soldados de Salamina': "La guerra la hacen los poetas". A mí me gusta inducir a la gente a la que entreno a hacer lo que yo creo que está bien hecho. Lo que hago es hacerle ver a Rafael que el aprendizaje no se ha acabado y estimularlo a seguir, además de ayudarle, claro, a que los altibajos en su juego sean lo menos acusados posible.

-¿Para usted ha supuesto un sacrificio toda esta larga trayectoria con su sobrino?

-No, no. He tenido la suerte de hacer lo que me gusta. He hecho de entrenador y de formador, y es verdad que yo no le podía exigir un buen comportamiento o un esfuerzo si él veía que yo no me esforzaba. La mejor manera de enseñar es el ejemplo, pero no ha supuesto un trastorno para mí porque yo he hecho con mi sobrino lo que todos sabemos que hay que hacer.

-¿Y qué es?

-Pues dominar la voluntad. Absolutamente todos sabemos lo que está bien y lo que no. Todos sabemos que fumar es malo, que nos debemos esforzar en dejarlo. Al final, de lo que se trata es de dominar la voluntad, y eso lo aplico al tenis, al entrenamiento y a todo en la vida. No es que sea un estoico, pero es mi manera de entender la vida. Todo se consigue igual. ¿Cómo logra una persona correr un maratón? Pues entrenándose. Yo nunca excusaba a Rafael cuando tenía problemas.

-El éxito de Rafael Nadal ha sido también el éxito de Toni Nadal...

-Sí, y con Rafael he cubierto de sobra mis ambiciones, en el buen sentido de la palabra. Cuando comencé a entrenar tenía la ilusión de que algún pupilo mío llegase a ser un buen jugador. No tanto para tener éxito cara al exterior, sino para tener una motivación en la vida. El principal motor de la vida es la ilusión, y la verdad es que me he sentido muy bien pagado porque no solo ha sido un gran jugador sino, encima, mi sobrino. Pero yo no he hecho de Rafael un campeón; el campeón es él, no yo. Mi método ha funcionado porque, aparte de una gran actitud, él tiene una gran aptitud.

-Por cierto, ¿cómo está él para afrontar el torneo de Barcelona?

-Está bien, mejor que nunca en cuanto a pocas molestias físicas. Ya ganó partidos de nivel en Montecarlo, y ahora solo le falta continuidad.