El príncipe heredero

Rey en Brasil, príncipe en Barcelona. Cambiar la camiseta blanca del Santos por la azulgrana del Bar-

ça supone un espectacular ascenso profesional, pero Neymar ha dado un paso atrás en su proyección personal. Con la humildad impropia de una estrella se presentó Neymar en Barcelona, mentalizado para ejercer de escudero de Leo Messi, cuya ausencia tomó cuerpo. «Vengo dispuesto a ayudar a que siga siendo el mejor jugador del mundo», proclamó Neymar, poniéndose a disposición del 10 del Barça.

El aparatoso entorno que acompañó al joven delantero de 21 años en su presentación con el Barça (cuatro vehículos le recibieron en el aeropuerto, y un autocar y un minibús trasladaron a las casi 30 personas del séquito en su periplo) contrastó con la sencillez que exhibió. Las alusiones a su nuevo compañero fueron constantes para eliminar cualquier atisbo de conflicto y de lucha de egos. Con la misma insistencia proclamó que cumplía «un sueño de niño» al fichar por el Barça.

DESPUÉS DE IBRAHIMOVIC / Cinco años vestirá la nueva camiseta azulgrana (hasta el 2018), que ha sido el primero en mostrar en público sobre el césped. Con el nombre Neymar Jr (el sénior es su padre, un anónimo y modestísimo futbolista) a la espalda. Sin número aún. Andoni Zubizarreta pidió respeto para Thiago, el dueño del 11, tras ver que los amigos de Neymar ya habían comprado la zamarra con ese dorsal. El estadio cobijó a 56.500 personas entregadas, según datos del club. Menor audiencia de la que tuvo Zlatan Ibrahimovic. El segundo puesto de Neymar en el escalafón de multitudes en la presentación se repite en la clasificación de fichajes más caros. Los 66 millones que costó Ibra en el 2009 conservan el liderato.

El coste de Neymar se eleva a 57 millones. «Sin comisiones ni pagos a intermediarios», quiso resaltar el vicepresidente Josep Maria Bartomeu. El Santos y tres empresas (hasta ahora se conocían a dos de ellas) se repartirán el dinero. Sandro Rosell no presidió el acto y solo se fotografió con el delantero en la puerta de las oficinas. El precio no incluye dos amistosos, uno a beneficio de cada club, ni un acuerdo de preferencia sobre las futuras promesas del Santos. La cláusula de rescisión de Neymar es de 190 millones.

EL SUEÑO DEL NIÑO / «He intentado controlar mis lágrimas porque es como cumplir un sueño, no ahora de adulto, sino del Neymar niño», explicó el futbolista, siempre sonriente, tratando de transmitir espontaneidad. Culé desde que empezó a seguir al Barça de Ronaldinho, el referente más inmediato. Su compatriota cambió la marcha decadente. Impulsó al club primero, devolviéndole la sonrisa, y dio dos Ligas y una Champions al equipo, después.

Neymar, en cambio, aterriza en un vestuario que ha conquistado 15 títulos en cinco años, cuatro Ligas entre ellos, la última recién celebrarada. «Siento mucha emoción de poder jugar con tantoscracksque he admirado desde pequeño, como Messi, Xavi e Iniesta. Si los nombrara a todos estaría hablando hasta mañana», añadió, risueño, tras citar también a Alves -tiene la taquilla contigua a la suya- y a Adriano, que le esperaba en el vestuario.

REGRESO INMEDIATO / «Leo hará mejor a Neymar y Neymar hará mejor a Leo», opinó Andrés Iniesta antes de acudir a Cornellà-El Prat para el homenaje a Dani Jarque. Otro gesto de humanidad de un vestuario en el que Neymar entrará con la humildad por bandera. Sin preferencias en cómo quiere que le llamen («Neymar, Neymar junior, Nei, como queráis») ni por el dorsal, ni la pretensión de arrebatarle la corona a Messi, «el corazón» le ha guiado hacia el Camp Nou, donde se quedará en cuanto vuelva.

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