Un 'pichichi' en Salzburgo

El delantero, en una excursión alpina organizada por el club.

El delantero, en una excursión alpina organizada por el club.

RAÚL PANIAGUA
BARCELONA

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Tiene solo 27 años, pero Jonathan Soriano (El Pont de Vilomara, 1985) ha conocido ya todas las caras del fútbol. Las positivas y las negativas. Era la perla de la cantera perica, un delantero con un don especial que acabó saliendo por la puerta de atrás, con cesiones al Almería, Poli Ejido y Albacete. El Barça lo rescató, fue máximo goleador de Segunda con el filial y estuvo cerca de entrar en los planes de Guardiola, pero una lesión le frenó. El pasado enero dio un giro radical a su vida. Ahora,Jones feliz en la ciudad de Mozart. Es elpichichide la Liga austriaca y la estrella del Red Bull Salzburgo, el club del multimillonario de la fórmula 1 Dietrich Mateschitz.

Soriano se montó en unjetprivado del dueño y se plantó en la bella ciudad de Salzburgo, donde se instaló con su mujer, Cristina, y sus hijas, Daniela y Adriana.«Los seis primeros meses fueron de aclimatación. Al frío, al idioma... A todo. Ahora estamos de maravilla. Aquí me valoran y soy feliz»,dice el delantero, que recuerda sus primeras sensaciones, rodeado de nieve. «Entrenábamos a una media de 20 grados bajo cero. Con guantes, mallas y prendas térmicas por todo el cuerpo. Es brutal, pero aquí están acostumbrados. No se para por nada».

«Sabes que te pagan»

El exazulgrana es la estrella del campeón de Liga y Copa de Austria, que ahora va tercero en el campeonato, a un punto del Rapid y el Austria de Viena. Con siete goles, es elpichichidel torneo y el máximo goleador español fuera del país.«Al principio era un mar de dudas. Nunca sabes lo que te vas a encontrar. Pero ahora estamos encantados. Todo es muy tranquilo. Tengo a mi familia y nos tratan de maravilla. Las niñas en el colegio están muy bien. Son experiencias que no hubiese vivido de ninguna manera».

En los últimos tiempos, el futbolista español ha perdido el miedo a salir del país. La crisis económica y la falta de compromiso en los clubs son las causas.«En Austria nadie tiene problemas de cobro. Ya no lo digo por el Red Bull, sino en general. Hay un tope salarial y de ahí no se pasa. Quizá no te van a pagar como en España, pero sabes seguro que te van a pagar», comenta Jonathan, que alaba el modelo centroeuropeo.«Aquí se castiga al que no paga. Se le baja de categoría. En España, los clubs estiran más el brazo que la manga. El jugador tiene que pensar más. El fútbol dura poco y España ahora no es un foco de garantía».

El punta tiene contrato hasta el 2015, pero el club ya se ha puesto en contacto con su representante, Josep Maria Orobitg, para renovarlo.«El Benfica estuvo mareándome mucho tiempo para ficharlo, pero en Austria están encantados con él. Se lo merece. Ha pasado por muchas cosas. Es una persona muy centrada»,afirma el agente, que destaca el poder del millonario Mateschitz, con una fortuna de 4.100 millones de dólares.

Traductor personal

Jonathan convive en el vestuario con jugadores de Austria, Alemania, Brasil, Uganda, Senegal, Eslovenia, Eslovaquia, Nigeria, Suiza, Ghana y Suecia. Un mosaico de países.«El equipo se vuelca conmigo, me ayuda mucho», dice el delantero, que tiene un traductor personal en los entrenamientos. Su familia también cuenta con un profesor particular para aprender nociones básicas de alemán.

El juego en Austria en más físico, pero el Red Bull, dirigido por el técnico germano Roger Schmidt, intenta jugar al toque.«Los equipos se nos cierran como al Barça», cuentaJon, que sigue muy de cerca la actualidad azulgrana.«Lo veo con la misma filosofía de siempre. Espero que se lleve el clásico». Sobre su salida del conjunto catalán, es realista. Su reflexión final resume bien su momento actual:«En el Espanyol nunca tuve tranquilidad. Jamás me sentí consolidado. Me cedieron tres veces. Sabía que el Barça era algo pasajero, un trampolín. Desde el primer momento que fiché tenía claro que era muy difícil jugar allí. Ahora estoy en un club grande y muy contento. He encontrado la estabilidad».