MOTOCICLISMO

Pedrosa: "Tuve suerte, el viernes pude haberme matado"

El piloto de Honda vive desolado porque es el único que, cada vez que se cae, se lesiona

Dani Pedrosa, en un descanso de los ensayos del Gran Premio de la República Checa

Dani Pedrosa, en un descanso de los ensayos del Gran Premio de la República Checa / periodico

EMILIO PÉREZ DE ROZAS / BRNO (Enviado especial)

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Siempre se ha dicho que todos los deportistas compiten con dolor. Todos, todos. Pero lo de Dani Pedrosa (Honda) es cosa aparte. Estamos frente al 'pupas' (con cariño) del motociclismo. Y no por sus lesiones, que también. O por su mala suerte al no 'campeonar' en MotoGP cuando lo tuvo más cerca (2008, 2012 o 2013). No, sobre todo porque siempre que se cae se hace daño.

Este año, tras perderse tres grandes premios (Austin, Argentina y Jerez), después de atormentarse en averiguar si valía o no la pena operarse otra vez de los brazos, hacerlo, afrontar una rehabilitación durísima y sacrificada (que aún no ha concluido), volver a competir, ir creciendo (tercero en Barcelona, segundo en Sachsenring, cuarto en Indianápolis…), justo cuando estaba en el momento álgido para saber si había acertado en sus decisiones y podía, no solo competir contra Jorge Lorenzo, Marc Márquez Valentino Rossi, sino, incluso, ayudar a Honda y al bicampeón de Cervera a reducir diferencias en el Mundial, va, se cae (y no por culpa suya, por un fallo técnico) y, como siempre, se vuelve a hacer daño. Esta vez en el tobillo izquierdo, su hueso más delicado, cosido con tornillos de titanio.

Un buen trazado

La carrera de este domingo en Brno, uno de sus trazados preferidos, donde ya ganó el año pasado, no es para él. Lorenzo y Márquez tienen otro ritmo. "Yo me pincharé media hora antes de la salida para suavizar el dolor y que mi cerebro se olvide del dolor. Trataré de salvar la jauría que arrancará a mi alrededor, pues salir noveno no es nada agradable, y pelearé por estar lo más arriba posible", explica Pedrosa, que cojea mucho, mucho. Porque el tobillo izquierdo le duele mucho, mucho.

"Es muy incómodo. El dolor me bloquea el movimiento. Muevo el tobillo hasta que empieza el dolor. El problema es que el dolor me impide moverme en la moto. Es decir, nosotros, cuando llegamos a una curva, apuramos la frenada y reducimos colgados de la moto, con el culo fuera del sillín y el pie contrario en el aire, colgado. Cuando ese pie es el izquierdo, que es donde está la palanca del cambio, esa maniobra es imposible hacerla en mis condiciones actuales. He de reducir marchas metido en la moto y, luego, solo luego, sacar el culo y plegarme en la curva. Y pierdo mucho tiempo. Pero es lo que hay. Es un rollo hacerse daño cuando ya estás casi recuperado de tu percance anterior, en mi caso una operación bastante delicada", explica el piloto de Honda.

Pedrosa no se le ocurre pensar (o, si lo piensa, no lo dice), por qué solo él se hace daño cuando se cae. "Hay pilotos que se caen igual que yo y salen ilesos. Eso sí, mis caídas suelen ser muy fuertes. La del viernes lo fue. Tuve mucha suerte. Suena fuerte, pero pude haberme matado. O casi. Me caí porque, cuando frené, la rueda trasera patinó con el aceite que desprendía mi horquilla delantera. Por la velocidad, supongo, el aceite se fue hacia atrás, pero ¿se imagina lo que me habría podido pasar si el aceite se mete en los frenos delanteros y cuando, a 120 kilómetros por hora, freno y no frena? Me habría estrellado contra el muro, así de sencillo".