A un paso de la Liga

aunque parezca una herejía, por lo insólito que resulta, el Barça renegó anoche del fútbol y, curiosamente, ya abraza la Liga. Cuando peor jugó y mientras elMadrid Bvolaba en Mestalla (3-6) aprovechando el generoso pasillo del Valencia (duró 90 minutos), los azulgranas estaban de luto tras el dolor de la Copa perdida hace tres días. Y así, en pleno duelo, relamiendo las heridas, el Barça se vio irreconocible en un partido para olvidar, aunque marcaron Villa y Messi para besar casi la Liga.

Dentro de un tiempo nadie se acordara del horrible juego ante Osasuna (2-0) ni de las milagrosas paradas de Valdés, una noche más, sino de que el Barça se aseguró prácticamente su tercera Liga consecutiva. En eso sí que tiene razón Mourinho. El Barça no es hegemónico en Europa, pero sí en España. En tres años, el Madrid de Schuster, Juande Ramos, Pellegrini yMouha sido incapaz de arrebatarle el título liguero.

ROSAS Y BESOS DE SHAKIRA / La noche empezó con el presidente Sandro Rosell repartiendo rosas a las socias en la puerta del estadio y transcurrió entre mimos, abrazos y cuchicheos de Shakira a Piqué en el palco (en el gol de Messi la cantante se comió literalmente a besos al central), pero sin noticias de fútbol. A Guardiola, obligado por las circunstancias, le tocó hacer rotaciones en el equipo, pero visto lo visto (o sea, un desastre), tuvo que desandar el camino inicial. Sentó en el banquillo a los tres mejores del mundo (Messi, Iniesta y Xavi), pero en la segunda mitad los tuvo que sacar porque no se fiaba de que Valdés y Mascherano aguantaran solos al equipo. «No se han fiado de nosotros, han tenido que sacar a los crackspara finiquitar el partido», admitió luego Mendilibar, el técnico de Osasuna.

En Valencia, entretanto, la ciudad de la alegría para el Madrid, Mourinho se daba ayer otro festín. Sentó a loscracks(Ronaldo, Pepe, Marcelo, Xabi Alonso, Di María, Özil...) y su plantilla, muchísimo más cara que la de Guardiola y más lujosa, le regaló un resultado digno de un partido de tenis con un renacido Higuaín (tres goles), Benzema y Kaká en un choque digno del veraniego Trofeo Naranja. «Hemos hecho el ridículo, jamás había sentido tanta vergüenza en un banquillo», confesó Unai Emery, técnico del Valencia.

Si se trataba de una comparación entre los suplentes, el equipo azulgrana salió muy malparado. El Madrid vuela; el Barça no encuentra la pista para despegar. «No regalaremos la Liga. ¿El Barça? Pensaré en él el lunes, el domingo es para estar con la familia», dijo Mourinho.

MESSI, 50 GOLES / Pero hay noches en los que no hace falta mirar al campo sino al marcador. Y ahora, cuando la Liga enfila sus últimas cinco jornadas, el Barça mantiene los ocho puntos de ventaja y quedan solo 15 en juego. Con la mitad de los puntos ya sería campeón. Eso es lo que importa. Si el fútbol solo se limita a ser un estado de ánimo, el Madrid vive en la euforia desatada, mientras el Barça desprende, tal vez, un inesperado aire depresivo. En la semifinal de la Champions (el miércoles en el Bernabéu y el martes 3 de mayo en el Camp Nou), nada de lo anterior valdrá. Se libra la batalla más grande nunca vista. Con Messi infalible como de costumbre (50 tantos en 49 partidos oficiales, ¡jamás nadie hizo algo así!) y Villa destrozando su ya odiosa enemistad con el gol.

Así, malherido por las lesiones (sin Abidal, sin Adriano y, tal vez, sin Maxwell), llega el Barça el miércoles al Bernabéu. «Lo que ha hecho este equipo no tiene palabras, estamos en una situación muy precaria. Lo tenemos todo en contra, ya dan al Madrid como favorito. Muy poca gente apuesta por nosotros. Pero creo en la fuerza y el espíritu de este equipo, tengo mucha fe, muchísima», gritó ayer Guardiola, que ya empezó a jugar la semifinal europea.