"Si Mendes controlara el club, Nuno no se habría ido"

El 3 de julio de 2014 el nuevo Valencia del magnate asiático Peter Lim presentaba a su técnico Nuno Espírito Santo. El domingo 29 de noviembre del 2015 protagonista y club anunciaban su acuerdo de rescisión -no dimisión- de un contrato que el pasado enero se había prorrogado hasta junio de 2018. De 48 meses firmados la aventura del portugués ha durado apenas 16. La deficiente confección de los fichajes y la dinámica negativa del equipo le han condenado al paro.

A Nuno no le despiden por perder por la mínima ante el Sevilla del exvalencianista Emery, con nueve jugadores y sin tirar a puerta en los 90 minutos. Los 200 millones en fichajes invertidos por Lim en la temporada 2015-2016 -la de su regreso a la Liga de Campeones- no han revertido en un crecimiento de calidad. Todo lo contrario. Nuno ha visto como han llegado jugadores de la cartera del todopoderoso Jorge Mendes -socio de Lim- y un goleador como Negredo -condenado al ostracismo- con los que no ha sabido conformar lo que se exige: un equipo. Un conjunto al que deja noveno en la Liga a cinco puntos del cuarto y en vísperas de jugar la Copa en Barakaldo con Voro al frente. 

IDENTIDAD PERDIDA

La paciencia de la grada se fue agotando y ya se ha dirigido al palco en ocasiones. El “Nuno, vete ya” se convirtió en un himno clásico en Mestalla, que ya no tiene poder de decisión como antaño. Ahora el dueño es un multimillonario que controla el club a 12.000 kilómetros por medio de su enviada especial, la única presidenta de la Liga, Lay Hoon, quien ha confirmado este lunes la marcha de Nuno. Su plan inicial era esperar al cierre de la fase de grupos de la Champions, con el Valencia seguramente fuera de los octavos.

Los mediocres partidos ante el Zenit en San Petersburgo y el domingo en el Sánchez Pizjuán no le han otorgado más crédito. Nuno -que declaró tener la decisión consensuada con Lim antes del duelo en Sevilla- ya es historia en la convulsa historia reciente de un club que sigue buscando su identidad perdida.

CONEXIÓN CON RIJKAARD Y LAPORTA

Ahora la sede del club está colapsada por las llamadas de los representantes que intentan insertar a una de sus piezas en el siempre atractivo banquillo del Valencia. Juande Ramos, Michael Laudrup o Joaquín Caparrós se barruntan entre bastidores. Pero quizás el apellido que más fuerza cobra es el de Frank Rijkaard, el exentrenador del Barcelona.

Una opción nada descabellada teniendo en cuenta la estrecha relación entre el holandés y Joan Laporta y a la vez la del expresidente con Mendes, aunque la presidenta china se ha desmarcado este lunes de ese control. "La verdad es que estoy bastante harta de que hablemos de Jorge Mendes en todas las ruedas de prensa. Si Mendes controlara el club Nuno no se habría ido. El nuevo técnico no tendrá nada que ver con Mendes", ha remarcado Lay Hoon. La seducción de Lim será clave para elegir el nuevo inquilino del banquillo.