El Madrid monta su particular fiesta con el título de la Euroliga

El equipo de Laso supera con claridad al Olympiacos (78-59) y acaba con 20 años de sequía

Los jugadores del Madrid celebran la novena Copa de Europa.

Los jugadores del Madrid celebran la novena Copa de Europa. / periodico

LUIS MENDIOLA / MADRID

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Veinte años después de su último título, el Madrid vuelve a reinar en Europa. Impulsado por el carácter ganador de Nocioni, el MVP de la final, con sus 12 puntos, 7 rebotes y 2 tapones, y por la inspiración de Carroll en el decisivo tercer cuarto y por un excelente trabajo defensivo, que desconectó a las dos estrellas rivales, Spanoulis y Printezis, el equipo blanco superó al Olympiacos por 78-59 y cerró con éxito una larga travesía, que se remonta a los últimos tres años.

Después de dos finales fallidas (en Londres 2013 y en Milán 2014), el equipo de Pablo Laso culminó su objetivo a la tercera oportunidad en su cancha, arropado por su público, para validar un proyecto como el del técnico vitoriano, muy cuestionado desde sus inicios, pero que ha acabado por devolver al Madrid al primer plano, curiosamente frente al mismo rival ante el que conquistó su último título en la edición de Zaragoza de 1995 .

Con la conquista de la Euroliga, el noveno título de su historia, el madridismo montó su particular fiesta, con Florentino Pérez sonriente en la grada (prefirió la final que acudir a Cornellà-El Prat), en una jornada que quedó marcada por el título de Liga de fútbol del Barcelona.

No fue tan sencilla la victoria como puede desprenderse del marcador. La final, en realidad, se convirtió en una batalla por cada centímetro de parquet y cada canasta resultó una conquista, aunque los triples blancos al final (13 de 30) acabaron por abrir brecha.

NOCIONI, DECISIVO

Resultó más sólida la puesta en escena del Olympiacos. Seguramente porque no acudía a la final con la misma carga de presión. Sus dos recientes títulos son un bálsamo evidente. El caso es que al Madrid le costó soltarse. Los nervios, por un lado, y la defensa del equipo de El Pireo ejercieron su efecto y el primer cuarto se convirtió en un dolor de cabeza para los hombres de Pablo Laso (15-19) por la aportación inesperada de Lojeski (10 puntos).

Ante la amenaza de tormenta, el técnico madrileño recurrió rápidamente al músculo y a la experiencia importada este año. Primero Nocioni y después Maciulis fueron una inyección de carácter a tiempo. El ala-pívot argentino, fiel a su carácter, entró sin dudarlo en todas las batallas. El alero lituano, otro superviviente nato, mostró mucha determinación ante canasta. Y el Madrid lo agradeció.

Se rehizo primero en defensa y, luego, acabó por encontrar el camino en ataque con un resultado más que provechoso, ya que el equipo de Laso se fue al descanso con la renta más alta hasta esos momentos (35-28) que Rudy aumentó hasta los 11 puntos con un triple al poco de la reanudación (40-29).

El Olympiacos, aun así, no es tan fácil de enterrar. Recurrió a su perfil de superviviente y volvió a la pelea con un parcial de 0-12 que, en apenas tres minutos, volteó el marcador (40-41). Fue en esos instantes, cuando Carroll dinamitó el partido con tres triples consecutivos y una canasta de dos que devolvió la entereza a su equipo.

Lo intentó todo el Olympiacos y extendió su amenaza con un triple de Sloukas (62-55, m. 35). Pero ni Spanoulis (los dioses también fallan) ni Printezis aparecieron en el equipo griego. Solo Lojeski. Y, además, Nocioni no estaba dispuesto a dar un paso atrás. Encadenando un triple en ataque y un tapón en defensa, le echó el lazo a un título con el que Madrid hacía mucho que soñaba.