LA LIGA DE CAMPEONES

Un Madrid a medio gas firma un récord de victorias consecutivas

Un gol de Cristiano Ronaldo da el triunfo a los blancos y asegura el primer puesto

Cristiano celebra el tanto madridista en Basilea

Cristiano celebra el tanto madridista en Basilea / FABRICE COFFRINI

CARLOS F. MARCOTE / MADRID

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Objetivo cumplido en Basilea, donde el Madrid no necesitó poner todo de su parte y mantener su gran nivel de los últimos meses para sacar el triunfo que le aseguraba el primer puesto y le servía de paso para igualar el récord de triunfos consecutivos (15), que hasta anoche compartían Miguel Muñoz y José Mourinho.

Un gol de Cristiano Ronaldo le bastó para sumar los tres puntos ante un rival que no supo aprovechar la pasividad con que el equipo blanco encaró el choque, pese a las recomendaciones de su entrenador.

Echó mano Ancelotti en el Saint Jakob Park del presunto mejor equipo blanco posible, al menos de medio campo hacia adelante, pero por lo visto no tuvo con sus estrellas el poder de convicción que se empeñó en transmitir en la víspera del partido.

Aseguró el técnico italiano que, llegados a este punto de madurez, a sus jugadores no les hacen falta dossis extras de motivación para desenvolverse con el mismo afán y brillantez de los últimos tiempos, aunque la clasificación fuera cosa hecha desde la anterior jornada europea.

LA OBSESIÓN DE RONALDO

Se trataba de sellar el primer puesto, de igualar la citada marca (15) y luego estaba la batalla particular de Ronaldo para no dejar irse demasiado a Messi en la carrera de máximo goleador de la Liga de Campeones. Razones suficientes, según 'Carletto', para que los futbolistas del Madrid trabajaran, corrieran y se esforzaran al menos como en Eibar.

No fue el caso porque los madridistas salieron mucho más perezosos de lo que podía esperarse, con lo que su entrenador no tardó en torcer el gesto en el banquillo, donde a Casillas no dejaba de reconcomerle la idea de que Xavi se le vaya también en el liderato de la clasificación de jugadores con más apariciones en la Champions.

Pero fue lo que decidió Ancelotti y Keylor Navas se estrenó en la primera competición europea en un partido en el que tardó lo suyo en verse exigido por el equipo suizo, que intentó incomodar cuanto pudo al campeón de Europa pero no pudo probar al portero costarricense hasta bien entrado el segundo tiempo, al margen de un par de disparos inocentes antes del descanso.

CONTROL Y CONFIANZA

Incomodidades aparte, el conjunto madridista decidió que de lo que se trataba era de controlar el asunto al toque y al trote y la verdad es que el Basilea no encontró la manera de llegar hasta Navas en más de media hora.

 Tampoco hizo mucho el cuadro blanco por pisar el área suiza, con la seguridad de que las oportunidades aparecerían de una forma u otra. Y apareció la primera en forma de una gran jugada de Benzema, que hizo un lío a Degen y pasó atrás para que Ronaldo embocara su gol número 71 en la competición (m. 35).

Ahí se quedó el portugués, a tres de Messi, porque Vaclik neutralizó, ya en el segundo tiempo, un duro lanzamiento de falta y cerca del final tiró al palo tras un contraataque marca de la casa, dos minutos después de que Bale también se encontrara con la madera después de ser habilitado por Isco, que volvió a cumplir con nota primero como medio centro y después desplazado a la izquierda. Todo eso después del susto que estuvo a punto de chafar la histórica victoria. No ocurrió porque Navas realizó una parada soberbia ante Embolo.