Logroño también pita a Piqué

Desde que el defensa azulgrana tocó la primera pelota, la afición le silbó y Silva y Morata cayeron lesionados en apenas media hora

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CARLOS. F.MARCOTE / LOGROÑO

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La gira del silbido nacional contra Piqué vivió ayer otro nuevo escenario. Todo empezó en León, continuó después en Oviedo y ayer se repitió en Logroño. Nada más iniciarse el partido, España desplazó el balón hacia el eje de la defensa de Del Bosque. Ahí estaba Piqué aguardando la pelota y, acostumbrado como está al sonido de los silbidos vistiendo la zamarra roja, comprobó que la vida sigue igual. Dio incluso la sensación de que la selección quería probar a su compañero y tardó poco en encontrar la respuesta de la afición española.

A los 50 segundos, había tocado cuatro pelotas Piqué. Y había escuchado, por supuesto, cuatro broncas sonoras, transformado desde hace meses en el centro de las críticas. Ni 10 minutos de partido y continuaban los pitos. Pero una excelente acción defensiva le proporcionó al central azulgrana la primera ovación de Las Gaunas.  Y acabó la primera parte siendo coreado su nombre después de asomarse con peligro al área de Luxemburgo como si fuera un delantero, dejando regates venenosos.

REFERENDO CONSTANTE

El pasatiempo nacional -León, Oviedo y Logroño- es pitar a Piqué, desoyendo así los consejos de Del Bosque y de los jugadores de la selección. Silbidos, aplausos, bronca, reconciliación... Cada partido de España es un referendo constante sobre el defensa azulgrana, mientras el técnico se echaba preocupado las manos a la cabeza. A la media hora de partido ya había perdido a dos jugadores (Silva y Morata) por lesión, mientras Alba se quejaba de unas molestias musculares al término de la primera mitad. Al centrocampista del City lo cazaron en un par de ocasiones hasta enviarle al vestuario con un doloroso esguince en el tobillo derecho.

Pero más grave pareció lo del delantero de la Juventus, que se marchó en camilla. Y llorando. Morata fue sometido incluso a pruebas médicas en un hospital de Logroño donde se descartó una fractura del peroné. «Es algo incómodo lo de Piqué,  pero esperamos que no se repita más», aseguró Cazorla, dolido porque la gira no tiene fin.