Lluïsa Muñoz: «Somos deportistas como los demás, merecemos más atención»

Lluïsa Muñoz, nadadora de los Special Olympics.

Lluïsa Muñoz, nadadora de los Special Olympics. / periodico

RAÚL PANIAGUA

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Transmite seguridad en todas sus respuestas. Se nota que lleva muchos años compitiendo en los Special Olympics y habla como cualquier deportista profesional. Lluïsa Muñoz, de 39 años, ha practicado baloncesto, hockey y natación, pero el agua es su hábitat favorito. En la piscina disfruta y es feliz.

«Empecé en 1998 a jugar a básquet, pero se me juntaron varias cosas y no podía pagarme las cuotas. Tuve que priorizar. Después vino la natación y llevo más de 10 años con ella». Lluïsa empezó el viernes las pruebas de crol y braza entre innumerables gritos de ánimo en la piscina municipal de Calella. Tenía enormes ganas participar en otra edición de los Special Olympics, aunque esa circunstancia siempre comporta algo de tensión. «Cada año compito en el campeonato de Catalunya de Sabadell y en el territorial, que se ha desarrollado en varias ciudades, como Rubí, Igualada o El Prat. También estuve hace poco en Mónaco o en el 2008 en Castellón». La nadadora, que tiene una discapacidad intelectual, destaca la convivencia y la buena sintonía con gente de otros lugares y países.  «Conocer a personas siempre es muy bonito y gratificante».

 En los anteriores Special Olympics, celebrados en Vilanova en el 2012, compitió en hockey y logró una plata. No es la única medalla en su palmarés ni mucho menos. Recuerda a la perfección sus resultados. «En Castellón logré un quinto y un tercer lugar, en Mónaco un segundo y un primero, en Sevilla dos oros, en Vigo una plata…». Pero Lluïsa tiene claro lo más importante. «Se trata de disfrutar. Lo siguiente es ganar todas las medallas que pueda».

Limpiadora en un colegio

Lluïsa trabaja de limpiadora en un colegio de la Trinitat Vella. Solo tiene tiempo de entrenar una vez por semana, aunque llegó a ejercitarse hasta cuatro días en el pasado. Le gusta esforzarse al máximo en todo lo que hace, como sus compañeros de otras disciplinas. Sin embargo, no está satisfecha con el apoyo que reciben. «Somos deportistas como los demás, merecemos más atención de las instituciones y de los medios de comunicación».

Carlos, su pareja, es su gran apoyo. Su única familia. Vive con él en el Carmelo y le acompaña también a todas las competiciones. «Mi familia es la gente que me rodea y me quiere», afirma con convicción.