Las disculpas de Florentino

Keylor Navas sí fue liberado por su seleccionador, Óscar Ramírez, y no se incorporó a la convocatoria de la selección de Costa Rica, que se enfrentará en dos amistosos a Brasil y Uruguay. La federación costarricense y el técnico «le dan el espacio para que atienda su situación con su club», escribió en Twitter la organización federativa del país centroamericano. No fue porque el zarandeo a que fue sometido el lunes por el Madrid y el Manchester United le hubiera tocado el ánimo, que lo tiene siempre a nivel superior. Más bien fue que el portero y su agente pensaron que había un par de cosas que aclarar con el Madrid y lo mejor era no dejarlo para dentro de semana y media.

Primero fue Rafa Benítez quien no tuvo más remedio que dar la cara en la ciudad deportiva después de encontrarse el martes con el imprevisto de que Navas había acudido a entrenarse cuando nadie le esperaba. Ayer por la mañana fueron el presidente y José Ángel Sánchez, el director general corporativo, quienes se dignaron a acudir a Valdebebas para aclararle lo que no ha quedado nada claro después de examinar con detalle los comunicados en los que el Madrid y el United se culpan de lo sucedido. La reunión duró casi dos horas y estuvieron presentes, según Cuatro, la esposa del jugador y Roberto Cabañas, el representante, cuya figura no ha quedado muy bien parada.

Esperando en el avión

Ambos llegaron a estar subidos el lunes con Keylor hora y media en un avión privado que iba a trasladarles a Manchester, donde el guardameta iba a pasar el reconocimiento médico previo a la firma con el club inglés. Ayer, el Mirror todavía insistía en que Navas y Cabañas intentaron el martes resucitar la negociacion, pero el cara a cara con el técnico y la petición de disculpas por parte del club la aparcaron definitivamente.

«No tengo ningún comentario que hacer, evidentemente», se limitó a decir ayer Benítez antes de embarcar rumbo a Nyon para participar en el foro de entrenadores de la UEFA. Pérez ni eso porque ningún periodista le ha visto el pelo desde el partido del sábado contra el Betis, en el que Keylor fue aclamado por miles de aficionados que le hicieron replantearse la conveniencia de la operación.

Alguna explicación más daría Pérez a sus directivos en la junta de ayer por la tarde. De la farsa del último día de mercado y de la subida que va a tener que conceder a Keylor como desagravio. Lo tenía en mente el presidente antes del encuentro como compensación por las molestias y lo exigieron el jugador y su representante, que el lunes habían conseguido que el United se comprometiera a pagar una ficha anual de más de cuatro millones limpios, el doble de lo que tiene firmado con el Madrid hasta el 2020. Un contrato que, por cierto, se teme que no podrá cumplir.