Adriano abre el camino de una goleada intimidante

Dos goles de Messi, que fue suplente, y Villa retratan la solidez azulgrana

Los autores de los tantos azulgranas --Adriano, Messi y Villa-- se abrazan para celebrar el gol del 'Guaje'.

Los autores de los tantos azulgranas --Adriano, Messi y Villa-- se abrazan para celebrar el gol del 'Guaje'. / JLR

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Minuto 31: Adriano se come un centro y el mal remate de Pedro León lo detiene Valdés. El portero lo entrega con las manos y entre Xavi y Cesc lo conducen hasta el área rival, donde reaparece de improviso Adriano para reparar su error. Sin que hubiera acabado ese minuto en el reloj del estadio, el Barça liquida la, generalmente, desagradable visita aGetafe. Messi necesitó cinco para marcardos goles, en el epílogo de un partido que empezó con sorpresa:Messi se sentó en el banquillobanquillo. Que hubiera diez canteranos en la alineación no lo era tanto: ya hubodiez canteranos con Guardiola el año pasado en la Copa ante L'Hospitalet. El único intruso, Adriano, fue la benditaexcepción.

No se encontró el líder ninguno de los inconvenientes que pudiera temer, asumido, como tienen losazulgranas, que pisarán un césped alto y seco para que frene su velocidad de balón. Getafe no preparó un climahostilpor la manifestación independentista de los catalanes, representados por el Barça, y el cuadro local tampoco salió a hostigar. Cedió la mitad del campo y fió su suerte a las tres faltas que pudieron arañar en los aledaños de Valdés.

Dos líderes sentados

ConVilanovasentado en una esquina del palco y con Messi incrustado entre los suplentes, el Barça no necesitó a dos de sus líderes para dar cuenta del Getafe. Tampoco echó de menos aIniestamás que en los quilates del fútbol que suele ofrecer el manchego. Entre otras cosas, porque estaba Xavi, el tipo que marca el compás. El mensaje de alerta deltécnicomantuvo a sus hombres en tensión hasta que volvieron a los vestuarios hora y media después, sin que los pocos errores cometidos pudieran achacarse a una distracción.

Tal vez fuera porque, además del aviso, la mayoría de la alineación estaba para ganarse el puesto.Montoyadesplazó a Alves, Puyol sustituyó a Mascherano, Thiago ocupó la plaza de Iniesta y Cesc ejerció defalso delantero centro de Messi. La ambiciosa actitud del Barça mantuvo a raya al Getafe, que ni siquiera gozó del empuje de la grada. En el coliseo, medio vacío, se oyeron más gritos de ánimo a losculésque a los locales.

Cuatro avisos

Adriano limitó a media hora laansiedad que pudiera sentir el Barça para salvar la incómoda cita del sur de Madrid. Hasta entonces, Tello ya había avisado pronto, Pedro había reclamado un penalti por mano de Miguel Torres,Thiago había rematado al larguero y Lopo había agarrado del cuello a Cesc para que no culminara un mano a mano ante Moyá.

La aparición de Thiago agitó alBarça. El brasileño después de cuatro meses de baja, saltó directamente a la titularidad sin pasar por el banquillo. Amplió el repertorio depasesque hilvana Xavi para tejer el juego del equipo mientras Cesc podía dedicarse a ejercer de socorrista por delante y buscar sus llegadas al área. La reciente experiencia sufrida por elMadridplaneó siempre en el ánimo de los azulgranas.

El remate de Messi

El Getafe quiso estirarse tras el descanso, con la ilusión de repetir la gesta y Messi salió a calentar para intimidar, primero, y para explotar los espacios que iban dejando los locales. Los aprovechó hastaVilla, para firmar otro golito, el segundo en el tercer cuarto de hora que jugaba.

Sí, Messi fuesuplente, un año después de su última experiencia liguera. Y, a diferencia de Anoeta, no salió a enderezar el marcador, sino a rematarlo. En la primera jugada arañó unatarjetay en la segunda forzó un penalti que Teixeira no quiso señalar. Le quedó un cargo de conciencia al árbitro tan grande, que luego abrió los ojos para pitar el tercero que se produjo en el área local. Entonces, Messirematóla faena que había iniciado Adriano.