"¡No es verdad! ¡No estoy arruinada!", dice la exgimnasta Olga Korbut

Diversas agencias afirmaban que había vendido sus medallas olímpicas para poder comer

Olga Korbut en un acto promocional

Olga Korbut en un acto promocional / periodico

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Olga Korbut ha desmentido este miércoles, a través de su cuenta de tuiter, haber vendido sus medallas olímpicas para poder sobrevivir y culpa a las agencias internacionales de no haber contado la verdad. "¡No es verdad! ¡No estoy arruinada!".

Ella fue una gimnasta soviética de leyenda. Ganó tres oros (barra de equilibrios, suelo y por equipos) y una plata (barras asimétricas) en los Juegos Olímpicos de Múnich 1972 con la URSSKorbut tiene ahora 61 años, y según esas informaciones malvive en Arizona y ha tenido que vender estos metales por 217.000 euros "para no pasar hambre", según el portal Gazeta.ru. Pero ella dice que no es cierto.

Con 17 años y 1,50 metros de estatura debutó en Múnich en el panorama olímpico con una gran sonrisa, un estilo propio y multidisciplinar. Innovadora en la barra de equilibrios, protagonizó un salto pionero bautizado como 'Korbut Flip', un movimiento prohibido hoy en día por el reglamento por su peligrosidad. Procedente de Bielorrusia, se la apodó como el 'gorrión de Minsk'.

Para contradecirla, la empresa Heritage Auctions encargada de la subasta ha confirmado que la venta de estas medallas no son las únicas. También se ha desprendido de los metales conseguidos en los Juegos de Montreal 1976 (oro y plata), objetos firmados y otros premios individuales. 

INFINIDAD DE ADVERSIDADES

Korbut lleva años marcada por las adversidades. La gimnasta reveló en un libro que fue "esclava sexual" de su entrenador, Renald Knish, y que muchas otras gimnastas de la escuela soviética eran obligadas a mantener relaciones sexuales con sus preparadores. "La verdad es que muchas gimnastas eran no solo máquinas deportivas, sino también esclavas sexuales de sus entrenadores. Yo fui una de ellas", declaró.

"El proceso de preparación, en su opinión, concluyó poco antes de los Juegos de 1972, cuando vino a mi cuarto con una botella de coñac y me obligó a beber varias copas. Lo que ocurrió después son recuerdos terribles que me acompañaron durante largos años", cuenta. Entonces, Korbut tenía sólo 15 años y, según sus propias palabras, "dependía terriblemente del entrenador" y también le temía.

En EEUU, adonde se mudó tras la caída de la URSS, fue entrenadora en distintos gimnasios, pero en uno de ellos la despidieron por supuestos problemas con el alcohol, según publicó 'The New York Times'. En el 2002 fue acusada de robar alimentos en un supermercado por valor de apenas 20 dólares, y hubo una investigación por falsificaciones de billetes encontrados en una casa donde vivió su hijo.