El futbolín de Rubi

Álex Granell felicita a un compañero tras marcar el Girona un gol en Montilivi.

Álex Granell felicita a un compañero tras marcar el Girona un gol en Montilivi.

JORDI DANÉS
GIRONA

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En el centro del vestuario local del José Zorrilla hay un elemento que a primera vista parece estar fuera de contexto: un futbolín. Fue una petición expresa de Joan Francesc Ferrer, Rubi, cuando aterrizó este verano en Valladolid para hacerse cargo de la plantilla pucelana. «El copy-right lo tiene el Girona», reconoce el técnico (44 años, Vilassar de Mar). En Montilivi, el futbolín preside el vestuario del Girona desde que el equipo milita en Segunda A, la temporada 2008-09. Rubi se sorprendió al verlo por primera vez. Posteriormente constató que este juego, mucho más típico de bares que de un vestuario de fútbol profesional, ayuda, y mucho, a cohesionar el grupo. En el futbolín de Pucela, un equipo viste de blanquivioleta; el otro, de blaugrana.

El futbolín no es el único punto en común entre el Valladolid y el Girona, que mañana se enfrentarán en un duelo en la cumbre en la división de plata, segundo contra primero. «Ya firmaría que las cosas acabaran como están», añade Rubi. Sin embargo, quedan 32 jornadas por delante. Muchos puntos en juego todavía (96 en total) para que la clasificación pueda dar un vuelco descomunal. «No hay ningún indicio para decir que el Girona no acabará la Liga entre los ocho primeros», subraya el técnico del Valladolid, que estuvo a punto de llevar hace dos años al Girona a Primera, hasta ahora la mejor de la historia del club rojiblanco. El sueño se truncó en la eliminatoria de ascenso ante el Almería. Rubi había llegado a Montilivi el curso anterior de la mano de Raül Agné como analista. La finalizó en el banquillo como segundo de Salamero, con quien formó un tándem que revitalizó al equipo y le condujo hasta la permanencia.

Rubi tiene a tres técnicos con pasado en Montilivi en su staff: Xabi Gil, el preparador físico; el recuperador Manu González y el entrenador de porteros Diego Tuero. Con los dos primeros coincidió en el Girona. Al tercero le reclutó este verano. Y en la plantilla, el entrenador de Vilassar también tiene a tres jugadores que vistieron la camiseta rojiblanca. Dirigió a Óscar Díaz y a Chus Herrero  en Montilivi. El tercero es David Timor, a quien Osasuna cedió el pasado año al Girona y éste al Valladolid. Rubi reconoce que se quedó con las ganas de tener a un cuarto jugador: a Isaac Becerra. «No me sorprende su temporada. Su capacidad de trabajo es increíble y tiene unas condiciones espectaculares. Si no hubiese tenido contrato, hubiese estado encantado de tenerlo aquí».

El entrenador pronostica un partido de máxima dificultad para su equipo. «Del Girona me preocupa todo». Rubi tiene muy bien estudiado a su exequipo, no en vano el Valladolid se enfrenta al rival que 15 días antes ha jugado contra el Girona, de quien elogió el dominio de las dos áreas: «Defensivamente, conceden muy pocas ocasiones al rival. Pero todavía me preocupa más la manera como atacan. Tienen todo tipo de argumentos: el contragolpe, el juego directo, la incorporación de los carrileros, Felipe, las llegadas desde segunda línea… Un equipo muy difícil».

Salida del Barça

Rubi ha vuelto al papel de primer entrenador después de su experiencia en el Barça, donde llegó para ser parte activa del equipo técnico del malogrado Tito Vilanova. Con la llegada de Tata Martino, su papel cambió. Al respecto, el técnico catalán considera que su filosofía siempre es la misma: «El tiempo y las circunstancias te van colocando en un sitio o en otro. Yo intento disfrutar cada momento con la máxima intensidad, sea donde sea. Igual como lo hacía, por ejemplo, cuando formaba parte del cuerpo técnico de Agné como analista, preparando las acciones de estrategia. Considero, eso sí, que es como entrenador donde más puedo aportar y ayudar», reconoce.