Forzados a pasar por el aro

Nadie podía imaginarse cuando se promulgó en abril del 2008 la Llei de l'exercici de les professions de l'Esport, el impacto negativo que podía derivarse de su aplicación. Surgida al amparo de las competencias exclusivas con la que cuenta la Generalitat en materia de deportes, la ley nació, seguramente, con la voluntad de dignificar las titulaciones de los entrenadores, creando un plan de estudios de grado medio y grado superior, incluido en la formación profesional. Pero la inminente aplicación de la norma, que debía entrar en vigor a partir del próximo 1 de enero, con un capítulo sancionador en caso de incumplimiento, y también su carácter retroactivo, ha provocado un incendio de consecuencias difíciles de calibrar y que puede provocar una deserción de entrenadores de base, que está por amor al deporte, y a los que no les compensa el cambio.

En contra del sentido común, después de un larga negociación con la Federación Catalana, la Generalitat comunicó que las titulaciones otorgadas entre 1999 y 2008 no tendrán validez y que para convalidarlas deberán hacerse cursos de formación.

Incendio en la red

La crispación es evidente, sobre todo en las redes bajo el hashtag #NoPayNoCoach y el de #jojasocentrenador. El portal Change.org suma 9.800 firmas en contra. La decisión no ha provocado solo indignación de los implicados (en torno a las 10.800 titulaciones, que podría afectar a unos 6.000 entrenadores en Catalunya), sino que ha creado una ola de solidaridad en el deporte, incluyendo a los entrenadores de élite, como el preparador del Barça, Xavi Pascual ("el carácter retroactivo es poco lógico", dijo ayer), en la línea de lo manifestado días atrás también por Salva Maldonado, técnico del FIATC Joventut, y Pedro Martínez, de la Bruixa d'Or Manresa.

Las protestas han tenido un primer efecto. La Secretaria General de l'Esport anunció el martes una moratoria de un año en la aplicación de las sanciones, una medida que los entrenadores creen insuficiente, encendidos además por el impacto económico que tendría en sus bolsillos: un gasto medio entre 600 y 900 euros por los cursos de convalidación.

La medida afecta a todos los deportes, aunque solo el baloncesto se ha movilizado por ahora. La UFEC (Unió de Federacions Esportives de Catalunya) tratará el martes el tema. También la Federación Española y el Consejo Superior de Deportes buscan salidas, ya que podría darse el caso de que un entrenador superior, la máxima titulación concedida por la FEB pueda entrenar equipos de ACB pero no pueda hacerlo en categorías autonómicas catalanas.