IDA DE OCTAVOS DE LA CHAMPIONS

Al final poco premio para el Barça ante el City

Luis Suárez, eufórico tras marcar el segundo gol contra el City en Manchester

Luis Suárez, eufórico tras marcar el segundo gol contra el City en Manchester / periodico

MARCOS LÓPEZ / MANCHESTER (Enviado especial)

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Jugó a lo grande Messi, remató con puntería Suárez, perdonó el Barça, ahora más cerca de los cuartos de final de la Champions, y, aunque parezca mentira, se metió en el vestuario lamentando no completar su gran obra ante un City que salió vivo (1-2). Trasquilado, pero vivo cuando se sellaba ya su defunción en Europa, jugando con 10 y con un penalti en el tiempo añadidoMessi, por dos veces, no supo transformar tan excelente fútbol en la recompensa adecuada. Ha fallado tres penaltis el '10' este curso, irritado consigo mismo porque no son números 'messiánicos'.

Messi jugó de Messi. Y eso es una  bendición. Para el Barça y, en realidad, para el fútbol. Messi jugó también de Xavi distribuyendo el balón desde cualquier rincón del campo, convertido en organizador, cerebro y recuperador de balones. Lo suyo, en el Etihad Stadium, pasará a la historia y no, curiosamente, por sus goles porque no marcó. Ni de penalti lo hizo. Proyectándose desde la banda derecha --se le vio, a veces, de lateral; en ocasiones, de interior; otras asomándose como extremo; incluso, de 'nueve'--, la estrella dictó una lección. Una hermosa lección de fútbol, entendido este deporte como un juego colectivo.

Con Messi intimidando hasta antes de salir al césped, el City no entendió nada de lo que le pasó. Quiso presionar y cuando se dio cuenta descubrió que Suárez, feliz por estar en su jardín inglés, se dio un festín en el área de Hart que pudo ser de dimensiones brutales. Cuando menos pensó, mejor remató el 'nueve' uruguayo. Centró Messi desde la derecha, Kompany demostró tener una cintura de madera y cuando se giró, Suárez ya había soltado su revólver. Con la izquierda. Y al primer toque. Gol 'suarista'. Simplemente.

La tortura 'citizen'

Giró la vista Manuel Pellegrini y ya tenía lo que no quería. Un gol del Barça. Un tesoro para los azulgranas. Una tortura para el City, estrangulado por el maravilloso juego del equipo de Luis Enrique, que no solo silenció a miles de ingleses sino que encandiló a millones de aficionados azulgranas.

El 0-2, otro gol 'suarista' quedó también como prueba de una soberbia obra colectiva con seis jugadores interviniendo de manera colectiva. Una jugada estéticamente coral. Y eficaz. Busquets tocó, Messi aceleró, Iniesta Rakitic ejercieron de fieles socios hasta que Alba, subido al cohete que orbitaba por la banda izquierda, tuvo la pausa necesaria para aguardar la llegada de Suárez a la casa de Hart. Así llegó el gol y, de nuevo, el retrato de una excelente jugada.

El City se quedó con 10

Tenía el partido y, por supuesto, la eliminatoria en el bolsillo, aunque se complicó la vida, todo hay que decirlo, en la segunda mitad ante la salida más furiosa del City. El gol de Agüero le daba energía, pero la tontería de Clichy, que vio la segunda amarilla, le hizo no solo quedarse con 10 sino dar por liquidado el partido. Hasta Pellegrini, que quitó a Silva para dar entrada a Sagna, dio otro ejemplo de su rendición. Y como José Mourinho podrá decir el técnico chileno que siempre le toca jugar contra el Barça con uno menos.

Mira por dónde, hasta un 1-2 les supo a poco a los azulgranas teniendo en cuenta que la primera mitad invitaba a pensar en un botín más valioso. Tan extraño se puso entonces el partido que nada fue igual a como parecía. El fútbol brillante, deslumbrante en muchos minutos, hipnótico del Barça, enredando al City hasta engatusarlo de tal manera que levantó la bandera blanca, suplicando que terminara esa agonía. Pero incluso el penalti fallado por Messi, ya en el tiempo añadido, incorporó otro elemento de frustración al Barça. Se pudo ir de Inglaterra con todo resuelto, pero el City aún tiene algo de oxígeno.

La desesperación de Leo

No solo falló Messi ese penalti, tirado a la izquierda, a su tradicional rincón de seguridad (ahí se estiró Hart para repeler el balón) y luego su posterior cabezazo tampoco encontró el camino entre los tres palos. Por una vez, Messi, que había sido Xavi Iniesta, no fue Messi. Esa imagen, él tumbado en el suelo, revolcándose por ese error, quedó como la foto final de un partido donde el Barça se paseó a lo grande al inicio, pero acabó dolido.

Como la estrella. Jugó un maravilloso encuentro y se marchó a casa renegando por el penalti fallado. Otro más de Leo. Y, sobre todo, porque no tuvo el premio que merecía la cátedra futbolística que impartió en Inglaterra. Así regresó el Barça. Contento, pero no feliz porque podía tener el pasaporte para los cuartos sellado. Pero terminó enfadado por su imprecisión.

Ficha técnica:

1 - Manchester City: Hart; Zabaleta, Kompany, Demichelis, Clichy; Fernando, Milner, Nasri (Fernandinho, m.61), Silva (Sagna, m.77); Dzeko (Bony, m.68) y Agüero.

2 - Barcelona: Ter Stegen; Dani Alves (Adriano, m.75), Piqué, Mascherano, Jordi Alba; Sergio Busquets, Rakitic (Mathieu, m.71), Iniesta; Neymar (Pedro, m.79), Messi y Suárez.

Goles: 0-1, m.16: Luis Suárez. 0-2, m.30: Luis Suárez. 1-2, m.69: Agüero.

Árbitro: Felix Brych (GER). Amonestó a Clichy (m.58) y Fernando (m.89), del Manchester City; y a Rakitic (m.40), Dani Alves (m.44) y Adriano (m.88) del Barcelona. Expulsó a Clichy (m.73) por doble amonestación.

Incidencias: partido correspondiente a ida de los octavos de final de la Liga de Campeones, disputado en el Etihad Stadium (Manchester), ante 48.000 espectadores. Lionel Messi falló un penalti en el minuto 93.