La Liga de Campeones

El destino de Iniesta

El héroe de Stamford Bridge ve un Chelsea «más peligroso» que el de la semifinal del 2009

Cuenca, Pinto, Cesc, Thiago y Messi, ayer, antes de viajar a Londres.

Cuenca, Pinto, Cesc, Thiago y Messi, ayer, antes de viajar a Londres.

MARCOS LÓPEZ
BARCELONA

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Pocos recuerdan que fue Iniesta quien inició la jugada del gol de su vida. El primero. Luego llegó el segundo en Suráfrica. Pero el primero sucedió hace casi tres años (6 de mayo del 2009), cuando presionó Alves cerca del área de Valdés, apareció Iniesta para hacerle una croqueta a Lampard y el balón comenzó la inolvidable aventura para que el Barça de Guardiola se instalara en el paraíso. En Londres durmieron anoche Iniesta y el Barça, empeñados en disputar otra final. Y otra vez a costa del viejo Chelsea.

Pues sí, fue Iniesta. Él rescató el balón y aunque después se lo quitó Lampard por un instante, él lo remató. Desde ese momento, el Barça tramó en muy poco tiempo (apenas 20 segundos) y con 7 jugadores y 12 toques (Abidal, Piqué, Xavi, Alves, Etoo y Messi, antes del Iniestazo) comenzó la jugada que cambió la historia contemporánea del club. Es esa jugada un retrato del Barça de Guardiola. Tal vez solo recuerden el disparo final de Iniesta desde el balcón del área, pero el equipo tejió con paciencia, y eso que estaba al borde del precipicio, una gran obra.

ELIMINATORIA «MUY DURA» / «Es inevitable que se vuelva a hablar y que recordemos esos momentos», dijo ayer Iniesta, antes de que el equipo volara a Inglaterra. «Fue un momento muy especial, muy intenso para todos, no solo para mí. Pero el mundo sigue, el tiempo pasa, ahora volvemos en otra situación. Lo que vivimos entonces no tendrá nada que ver con lo de ahora», anunció.

Nada será igual. El Chelsea es más viejo. Pero «más peligroso, más fuerte», precisó Iniesta, asumiendo que en Stamford Bridge se congeló el tiempo cuando levantó, sin tomar carrera, la pierna derecha para conectar el primer disparo eterno. «Será una eliminatoria muy dura», dijo Iniesta. Dura porque al Chelsea se le agota el tiempo (el dinero, de momento, no) para ganar una Champions. «No es cuestión de edad. Si te pones delante de jugadores como Terry, Drogba y Lampard te imponen respeto, son unos jugadorazos, los mejores en su puesto durante años. El fútbol siempre te da una segunda o tercera oportunidad».

«UNA SUERTE, UN PRIVILEGIO» / A Iniesta le da la oportunidad de retornar a Stamford Bridge, ese escenario que transitó de área a área mientras Abidal le daba el balón a Piqué, convertido en un desesperado interior zurdo camino de ser un delantero centro en la agonía. Al primer toque, el defensa se la pasó a Xavi y este oteó la cabalgada de Alves por la derecha. Tres toques y centro al hogar de Cech, mientras Iniesta se asomaba al balcón del paraíso. Terry cabecea hacia atrás, Etoo no controla bien, Essien hace un churro, Messi controla con tres toques un extraviado balón y Andrés aguarda parado la cita con el destino. Hasta siete jugadores del Chelsea se arremolinan en las narices de Cech como privilegiados espectadores de un momento que sería dramático para ellos. Pero aún no lo sabían.

«He tenido la suerte, el privilegio y el honor de hacer goles muy importantes. Me hace feliz hacer muy feliz a la gente, pero no hay ningún secreto», dijo el centrocampista, recalcando que ve al equipo «muy bien y eso me hace sentir optimista. Estamos a 180 minutos de una final de Champions. Nos equivocaríamos, y mucho, sin pensamos en el clásico».

22 CONVOCADOS / Hoy, cuando al campo para el rutinario entrenamiento previo, rememorará la jugada. Igual que los otros 21 convocados por Guardiola, incluidos Keita y Afellay más cuatro jóvenes del filial. «Lo importante no es que marque yo, sino que el equipo pase a la final». Pero cuando pise esa pradera verá a Messi entregarle la pelota. «Son momentos mágicos, especiales, difíciles de superar. Es imposible imaginar que te vayan a pasar. No sé si hay alguien que me ayuda o no. Pero creo mucho en el destino. Las cosas pasan porque tienen que pasar». Ocurrió en Londres, santuario del barcelonismo. Donde marcó Koeman en el viejo Wembley (1992), donde marcaron Pedro, Messi y Villa en el nuevo (2011). Donde marcó Iniesta.