Intxausti saborea la victoria en el Giro

El ciclista vizcaíno obsequia al Movistar con la tercera victoria de etapa

Intxausti, en el podio

Intxausti, en el podio / periodico

SERGI LÓPEZ-EGEA / Barcelona

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Beñat Intxausti necesita un triunfo así. Una victoria que fuera como la tarjeta de presentación para entrar en la zona privada del club de las estrellas, allí donde solo acceden los socios que hacen honores para demostrar que están entre los pocos elegidos capaces de ganar etapas en una grande de tres semanas como es el Giro, de moverse con habilidad por los puestos de honor de la general y de esprintar, de escaparse para ganar, para no dejarse coger, para chillar de rabia y dedicarle la victoria al amigo desaparecido. El jueves hace dos años que se fue Xavi Tondo. Y él tuvo la desgracia de ver el accidente.

Tiene 27 años y es rápido, es hábil, es inteligente, sabe bajar, atacar en el momento preciso y, si algo le faltaba, decisión a la hora de atacar, ya la ha encontrado en este Giro. Afirmó Beñat que se equivocó cuando demarró hace justo una semana, un ataque que le hizo sacar la lengua y que no sirvió para otra cosa que para empezar a firmar la deserción de Bradley Wiggins. Tiene 27 años y lleva ya unas cuantas temporadas queriendo demostrar que no desea quedarse con la etiqueta de eterna promesa vizcaína, como tantas otras, surgidas, sobre todo, de un lugar del planeta, llamado Euskadi, y de donde salen corredores casi como si fueran setas en el monte.

Este es su Giro. Hace un año, una indisposición lo tumbó en el último y decisivo fin de semana, mientras observaba en la distancia la maglia rosa de Purito Rodríguez, quien por cierto, este martes, ha conocido ya oficialmente que su equipo, el Katusha, ha aceptado renovarlo por dos años más junto a su séquito español (Dani Moreno, Albert Losada, Xavi Florencio y Ángel Vicioso). Y en esta ronda italiana ya se ha vestido de rosa, ya ha aprendido a atacar, ya ha dejado de ser una promesa para convertirse en una realidad con el carnet VIP en el bolsillo, gracias a exhibiciones como la demostrada en Ivrea, donde ha finalizado la 16ª etapa del Giro, la de su victoria, la de la tercera del Movistar, un equipo que está entusiasmando en un año donde necesita algo más que el buen quehacer de Alejandro Valverde. Precisa ecos como el de Intxausti por si hay alguna indecisión para continuar el camino del conjunto más allá del 2013,que quede disipada de inmediato.

Intxuasti se ha impuesto en una etapa marcada por la encerrona del pequeño pero duro puerto de Andrate, en cuyo descenso atacó Samuel Sánchez, como abanderado de su antiguo gregario en el Euskaltel. Intxausti se fue poco después, peleó y ganó el esprint. En la distancia, a pocos segundos, Vincenzo Nibali conservó la maglia rosa. Día grande en el Giro. Día Intxausti... y también día Xavi Tondo, como debe ser.