El Cadí se pone a 100

La Ultra Pirineu aumenta la distancia de una prueba con 6.300 metros de desnivel positivo que afrontan mil corredores

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DAVID TORRAS
BAGÀ

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Bagà amanecerá hoy bajo un inmenso cosquilleo, una sensación que a mediados de septiembre desde hace cinco años recorre este pequeño pueblo a pies del Cadí y que se mantiene vivo durante 24 horas, la frontera que marca el final de una prueba imponente, la Ultra Pirineu, que hasta esta edición se celebraba bajo el nombre de Cavalls del Vent, y que organiza Salomon. A las siete de la mañana, en la plaza de Bagà, habrá sonado la música de El último mohicano, con ese aire épico tan apropiado para lo que no deja de ser una enorme aventura, en medio de una mezcla de nervios, alegría, ilusión, y el respeto que merece enfrentarse a 100 kilómetros a lo largo del Parc Natural del Cadí Moixeró, y que por primera vez rodeará el Pedraforca, con un desnivel de 6.300 metros positivo. Una carrera que se empieza a correr con las piernas y se acaba con la cabeza.

Un total de 1.000 corredores (suman 2.500 en las distintas pruebas, entre ellas un maratón) emprenderán uno de los grandes retos del creciente calendario de carreras de montaña, una modalidad que Catalunya domina como nadie en el mundo (la selección es la actual campeona) y que tiene en nombres como Kilian Jornet y Núria Picas a sus grandes héroes. Pero junto a quienes forman la elite de este deporte, auténticas bestias capaces de entrar en la plaza de Bagà diez o once horas después de la salida, un ritmo que escapa a lo que cualquiera pueda imaginar (la popular travesía de la Cavalls del Vent a lo largo de los refugios del Cadí se hace en ocho etapas), hay cientos de aficionados que pasarán toda la noche en la montaña. Luchando contra la fatiga y cruzando los dedos para que el tiempo no se convierta en el peor enemigo, como ocurrió en el 2012, cuando una combinación terrible de lluvia, nieve y frío desembocó en un infierno que se cobró la vida de una corredora. «No creo que nunca más vuelvan a darse esas circunstancias, la temperatura bajó 16 grados de golpe», recuerda Tòfol Castanyer, que no correrá por una lesión que sufrió en el reciente Ultra Trail de Montblanc, donde acabó segundo. Aquella mala experiencia es la excepción de una prueba donde la mayoría coincide en poner por delante la satisfacción y el privilegio de vivirla que el sufrimiento, que lo hay y mucho.

Hernando y Picas

Precisamente, por la dureza de este tipo de carreras, cada vez más en auge y con más kilómetros, el Ultra Pirineu servirá como laboratorio de tres proyectos científicos. Los deportistas podrán participar voluntariamente en el estudio del impacto de las carreras de ultra distancia en la función cardiovascular (Unidad de Fisiología del Ejercicio del Campus de Bellvitge de la Universitat de Barcelona), en el sueño (Fundación Estivill Sueño) y en la hidratación, nutrición y rendimiento deportivo (Facultad de Ciencias de la Salud y el Bienestar de la Universitat de Vic).

«Esta es una prueba muy especial para mí. La corrí por primera vez el año pasado y gané», explica Núria Picas, la gran favorita otra vez después de una gran temporada (llega de ser segunda en el Montblanc, con casi 25 horas en 166 kilómetros), junto con Luis Alberto Hernando, actual campeón también. Pero aquí hay 1.000 mohicanos dignos de admiración y, por supuesto, nadie es el último.