MUNDIAL DE KILÓMETRO LANZADO

Bólidos humanos sobre unos esquís

Grandvalira acoge el fin de semana a los mejores especialistas en velocidad, entre ellos Ricardo Adarraga, que intentarán alcanzar los 200 km/h

Ricardo Adarraga desciende en posición aerodinámica para lograr la máxima velocidad, en la estación francesa de Vars

Ricardo Adarraga desciende en posición aerodinámica para lograr la máxima velocidad, en la estación francesa de Vars

EDUARD PALOMARES / BARCELONA

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Ricardo Adarraga, que con 50 años de edad ostenta el récord de España de velocidad esquiando con una marca de 240,642 km/h, asegura que la pregunta que más le suelen hacer es qué se siente al alcanzar esos parámetros de vértigo. "La sensación es genial, sobre todo cuando vas bien compenetrado con el aire. Es como volar", responde. ¿Y qué experimenta el espectador cuando ve pasar por delante a un bólido humano sobre unos esquís? "Es impresionante escuchar cómo puede llegar a sonar un ser humano a altas velocidades, como un avión, incluso vibra el suelo", añade. Algo que se podrá comprobar a partir del sábado en Grandvalira, donde se disputa por primera vez el Campeonato del Mundo de kilómetro lanzado, acompañado de dos pruebas más de la Copa del Mundo hasta el martes.

Las diferentes carreras se disputarán en la pista Riberal, en el sector de Grau Roig, que ya tiene preparada la que será la gran novedad de este año y que está llamada a marcar tendencia: una torre de salida de 10 metros de altura, que actuará como rampa de lanzamiento con el objetivo de dar un plus de velocidad a los esquiadores (en la prueba disputada el año pasado en el dominio andorrano se alcanzaron los 185 km/h). "Lo que realmente nos gusta a los corredores de kilómetro lanzado es superar los 200 km/h, algo que quizás podremos conseguir gracias a esta nueva rampa de salida, que ha sido una gran idea. Si las condiciones de nieve y viento son las adecuadas, creo que será posible", comenta Adarraga en las página de 'A punto de nieve', que se publican los jueves en EL PERIÓDICO.

INNOVACIÓN

Grandvalira reafirma con esta innovadora construcción su apuesta por esta disciplina de velocidad, después de tres años acogiendo pruebas de Copa del Mundo. "Lo primero que hemos tenido en cuenta es la seguridad. La torre ha sido certificada por el Col·legi d’Enginyers de Canals, Camins i Ports de Barcelona y aunque nos ha dado alguna noche de insomnio, el resultado ha sido muy agradecid. Es la primera vez que se produce una estructura así para una competición de esquí", explica Nadal Antor, director de actividades del dominio andorrano y director de la carrera. La construcción es obra de la empresa catalana Cover-Teg.

La rampa de lanzamiento supone un aliciente para esquiadores como el italiano Simone Origone, 'recordman' mundial con 252,4 km/h, y para el propio Adarraga. Más allá de las características de la pista (básicas para conseguir buenas marcas), la técnica y la capacidad de concentración son fundamentales en una disciplina como esta. "Ante todo hay que saber esquiar muy bien, para conseguir la máxima estabilidad y saber cómo reaccionarán los esquís en cada momento. Deben ir bien planos sobre la nieve, y esto es muy complicado a nivel psicológico ya que debes tener mucha confianza y seguridad", detalla el corredor.

POSICIÓN AERODINÁMICA

Hay otra cuestión básica: la aerodinámica, que es diferente en cada caso, por lo que cada corredor debe averiguar "su posición ideal". De hecho, Ricardo Adarraga consiguió pulverizar el récord de España el año pasado en la estación francesa de Vars, después de que en el 2010 decidiera cambiar algunos detalles de su posición y su material. Unas modificaciones que no cuajaron hasta cuatro años después, cuando finalmente todo salió perfecto para superar los 240 km/h: "Era lo realmente complicado, así que estoy muy orgulloso, porque he trabajado mucho en mí mismo estos últimos años".

En Grandvalira no se alcanzarán estas magnitudes, pero igualmente valdrá la pena ver en acción a estos auténticos bólidos humanos. También a la nueva generación, como el barcelonés Eduard Manrique o el inglés afincado en Madrid, Jan Farrell. No lo tienen fácil, porque escasean las ayudas y los patrocinadores, pero la velocidad, sin duda, engancha. 

Consulta el estado de las pistas en el Canal Esquí de EL PERIÓDICO.