EL SARCÓFAGO, DESTAPADO ANTE LOS MEDIOS

Reus restaura el mausoleo del general Prim

Los especialistas han tomado muestras de los diferentes materiales y han constatado el estado deficiente del ataúd de plomo

Mausoleo de Prim en Reus.

Mausoleo de Prim en Reus. / periodico

RAFAEL MORALES

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La momia del general Prim ha vuelto a recibir la luz del día por la ventana de cristal que tiene el ataúd de plomo en el que se conserva dentro del mausoleo que se hizo en Madrid hacia 1875. El Ayuntamiento de Reus, con la ayuda del departamento de Cultura de la Generalitat, ha iniciado las labores previas para frenar el deterioro del mausoleo y la momia que fueron trasladados al cementerio de Reus en 1971.

Los especialistas han tomado muestras de los diferentes materiales y las manchas encontradas dentro del sarcófago para analizarlas y realizar un estudio previo para, posteriormente, iniciar las tareas de restauración. El primer informe constata “el correcto estado de conservación de los restos embalsamados del general”, ha explicado hoy Mercè Bruned, responsable del equipo que está realizando los trabajos. No obstante, también ha constatado que el estado del ataúd de plomo "es muy deficiente".

En "un acto de respeto" hacia el hijo más ilustre de Reus, según ha dejado constancia el alcalde, Lluís Miquel Pérez, el Ayuntamiento ha informado hoy de los estudios que se están realizando y ha destapado el sarcófago ante los medios de comunicación y familiares directos de Juan Prim. El militar nacido en Reus en 1814 llegó a presidir el Consejo de Ministros y murió, tras ser tiroteado en la madrileña calle del Turco, a finales de 1870.

Carlos Muntadas-Prim, el familiar más directo del general Prim y heredero del título de Duque de Castillejos, ha presenciado emocionado el acto al que también ha asistido su sobrino, Jaume Muntadas-Prim, conde de Reus. “Mi abuela era sobrina nieta del general Prim”, ha explicado el actual Duque de Castillejos para aclarar su parentesco con el general. También ha estado presente Eugenio Molero, el mecánico toledano que en 1971 desmontó y volvió a montar en Reus el complejo mecanismo mecánico con que está construido el sarcófago. “Todavía recuerdo que le faltaba un diente”, ha recordado Molero.