en ciutat vella

Reggae subterráneo

BEATRIZ PÉREZ / BARCELONA

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Son el único grupo de Barcelona dispuesto a pagar el alto coste de la música callejera. Tocan semanalmente en el vestíbulo circular subterráneo de la estación de metro y ferrocarril de plaza de Catalunya y, al ritmo de su reggae mestizo, hacen bailar a todo transeúnte que por allí pasa. Se llaman Microguagua, que significa microbús. «El nombre responde a la idea del viaje, de aprender de la gente que vamos encontrando», explica Francesco Casatta, El Tano, el cantante y guitarrista.

Microguagua, compuesto actualmente por seis músicos, nació en el 2006. La banda ha participado en importantes festivales y ha hecho conciertos en España y Europa. Nunca, pese a ello, ha dejado de tocar en la calle: «Al principio lo hacíamos por dinero —cuenta El Tano—. Luego descubrimos que es una forma de vida y de arte».

50 EUROS POR CABEZA Y DÍA

Pese a su buena intención, tocar en la calle les ha traído problemas. En el 2012 el distrito de Ciutat Vella, ateniéndose a su normativa, retiró el carnet a todo el grupo debido a que uno de los músicos no lo tenía. «El hall circular de la plaza de Catalunya no pertenece ni al Eixample, ni a Ciutat Vella. Es tierra de nadie, el único punto donde podemos tocar», explica Mariano Pablo De Ritis, Gaucho, el otro guitarrista de Microguagua.

Ahí, sin día ni horario fijo, porque deben ponerse de acuerdo con otros músicos, se les ve bailar y cantar, rodeados normalmente por decenas de espectadores. «En la calle, la gente siempre va de un sitio a otro y por eso el artista debe crear energía para que se quede», desvela El Tano. Sumergidos debajo de la plaza de Catalunya, muy cerquita de Canaletes, Microguagua interacciona con el público haciéndole bailar y cantar sus canciones.

Tanto El Tano como Gaucho aseguran que «los músicos sí pueden vivir de tocar en la calle». En un día muy bueno, cada músico de Microguagua llega a ganar hasta 50 euros por cabeza. «Pero en Barcelona —lamenta GauchoSEmD el ayuntamiento no quiere que la música sea concebida como una forma de ganarse la vida».

Microguagua, aseguran ambos, no tiene nada que ver con el reggae clásico. Por la formación ha ido pasando gente de otros países, lo cual la ha dotado de un singular mestizaje. Pese a los conciertos que hacen en salas ordinarias, aseguran que tocar en la calle les da una actitud «más enérgica». Es por eso que definen su estilo como Street reggae power.Marga Febrer, de 26 años, es una de las curiosas que se para a oírles, satisfecha de que los músicos toquen en la calle. «Eso forma parte de la identidad de Barcelona», dice.