"Los guiris pagan a precio de oro los pisos de la Barceloneta"

Dinamismo, contacto y movimiento continuo». Todo eso define, en palabras de Albert Español (Barcelona, 1985) el deporte que practica desde hace 18 años. También describe el ambiente que se respira en uno de los lugares que más frecuenta el waterpolista en el barrio de la Barceloneta: su mercado. «Es muy divertido ir a comprar al mercado, por el trato de confianza entre clientes y comerciantes y porque siempre hay gente y actividad. Además, los productos como la carne, la fruta o los embutidos, no tienen nada que ver con los que compras en el supermercado. A mi gusto, los del mercado tienen mucha más calidad», afirma Español. «Me gusta la cocina y me encanta probar cosas nuevas. Cuanto más viajo, más me gusta descubrir sabores», declara el deportista, cliente asiduo del restaurante japonés Shunka de Ciutat Vella. El jugador realiza una media de 40 vuelos al año para participar en competiciones internacionales. Ha competido en 36 países, un completo recorrido por las ciudades del waterpolo, entre las que Barcelona -dice- «junto a Budapest, me parecen las dos mejores ciudades».

Solo hay una cosa que el jugador del Barceloneta -que jugó con la Rari Nantes Florentia del 2011 al 2013- envidia de todas las ciudades que ha conocido gracias al deporte que practica desde los 10 años. Albert Español lamenta que el waterpolo no cuente en Barcelona con el reconocimiento y apoyo que tiene en  en países como Croacia, Serbia, Montenegro, Hungría, Italia, Grecia o Rusia, naciones que más destacan en el mundo del waterpolo internacional.

Cita en Rijeka

La ciudad croata de Rijeka es el   próximo destino internacional de Albert Español y su equipo, antes de participar en la Final Six, «la competición más importante de waterpolo a nivel de clubes», puntualiza el deportista barcelonés. «Este año la organiza nuestro club y se jugará en las piscinas Picornell, en Montjuïc, del 29 al 31 de mayo. Sería un sueño ganarla, porque no somos favoritos, pero podemos luchar para conseguirlo, aunque sea complicado», detalla el atacante del CN Atlètic Barceloneta, internacional absoluto con la selección española, con la que se proclamó subcampeón en el Mundial de Roma 2009.

Viajes, títulos y los JJOO de Londres de Albert Español se han gestado en las piscinas -cubierta y descubierta- del Club Natació Atlètic Barceloneta, uno de los dos clubs rivales en waterpolo situados uno al lado del otro. «El símil al derbi Barça-Madrid, en waterpolo se juega en la Barceloneta, entre el CN Atlètic Barceloneta y el CN Barcelona», describe el deportista. Cuando Español empezó a acudir a diario al barrio, su actividad en él se centraba y limitaba al entreno en el club. Tenía 10 años y apenas establecía contacto con la vida en las calles de un barrio en el que hoy sigue entrenando, pero que ahora conoce mucho mejor. Lo conoce y lo disfruta.

Paellas y surf

Después de haber vivido en el Eixample y en la Vila Olímpica, Albert Español y su pareja -Paula-, escogieron la Barceloneta como lugar de residencia. Durante cinco años -hasta hace dos meses, pues se han trasladado al 22@, en el vecino distrito de Sant Martí- residir y entrenar en el barrio le ha dado al deportista una nueva y más amplia perspectiva y muchos más vínculos en él. Comercios como sus paradas preferidas en el mercado municipal y sus restaurantes para degustar paellas como el Kaiku, El Refugi del Port y Can Majó, «antes porque vivía aquí y ahora por tradición» -dice- conservan hoy ese vínculo del jugador con el barrio. También lo hace su playa, especialmente los días en los que el oleaje le permite levantarse y viajar sobre su tabla de surf, el otro deporte que adora Albert Español. «Acostumbro a viajar a Portugal -junto a Lisboa- para practicarlo», explica. Por eso, un verdadero regalo para él es poder subirse a las olas en la Barceloneta.

«Me sorprendió mucho que un colega en Italia contratase un viaje a Barcelona para practicar surf», explica el waterpolista. La playa ha sido el gran reclamo para descubrir un brrio cuyo pedigrí ayudan  a levantar los extrtanjeros que compran una vivienda. «La misma atracción que ha tenido el Born para los turistas, ahora se vive en la Barceloneta», puntualiza Español, que muchos días al acabar su entreno se queda a tomar algo en el barrio con los compañeros de equipo. «Ahora en la Barceloneta convive gente muy humilde con guiris que pagan los pisos a precio de oro», concluye el waterpolista, que es licenciado en Ingeniería superior industrial por la UPC y domina seis idiomas.