Labrador

Desde hace 20.000 años, los hombres han seleccionado razas de perros en función de sus necesidades

PERE PUIGDOMÈNECH

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El perro es el animal con el que convivimos más a menudo y con el que llevamos más tiempo conviviendo. Esta intensa relación ha tenido una fuerte influencia sobre los humanos pero aún más sobre ellos. Desde hace más de 20.000 años hemos seleccionado aquellas razas que están más adaptadas a las funciones que les pedíamos y actualmente hay centenares que se diferencian por el tamaño, el color o el carácter. Recientemente se han publicado datos sobre genomas caninos que nos hablan de que una de las razas más conocidas, el labrador, tiene más hambre y una tendencia a la obesidad.

El labrador retriever, raza que podría tener su origen en Terranova, es apreciado para la caza pero también como perro de asistencia. Ya era bien sabido por sus cuidadores que uno de sus problemas es su tendencia a la obesidad. Un análisis de los genomas de más de 300 perros labrador hecha por grupos ingleses ha encontrado que hay una mutación en un gen relacionado con hormonas que intervienen en la regulación del apetito. En particular, esta mutación es más frecuente en esta raza.

En sí mismo es interesante que cambios en un gen concreto basten para que un animal tenga tendencia a pedir más comida y como consecuencia a acumular peso. Los autores del trabajo proponen que esta tendencia se aprovecha para el entrenamiento de los perros, que se basa a menudo en ofrecer golosinas a los ejemplares que responden favorablemente. Una consecuencia indeseable de este hecho es que ganan demasiado peso.

Hace 20.000 años, en varios lugares del mundo, humanos y lobos comenzaron a vivir juntos. De esta vida en común han surgido las diferentes razas de perros que han sido seleccionadas para responder a las necesidades humanas. Los queremos muy grandes o muy pequeños, dóciles o agresivos y con pelajes muy diferentes. Esta selección la efectuamos para responder a una necesidad nuestra o por simple capricho. A veces lo hacemos acumulando genes que producen en los perros incluso verdaderas enfermedades.