Impulso pionero a la investigación social y de las humanidades

La investigación, los conceptos innovadores y la construcción de tesis no se alumbran solo en los laboratorios. También pueden nacer de un intercambio de ideas, en un encuentro (aunque sea casual) en un pasillo o tomando un café. Y eso no solo les funciona a quienes investigan en ciencias experimentales, en salud o en alta tecnología. «La comunicación es, para cualquier investigador, una herramienta fundamental», sostuvo ayer Antoni Bosch Domènech, vicerrector de Economía y Proyectos Estratégicos de la Universitat Pompeu Fabra (UPF).

«Pero si además este investigador pertenece al área de las ciencias sociales y las humanidades, donde el trabajo es aún más autónomo e individual, el hecho de poder interactuar puede ser muy valioso», agregó el responsable de la UPF, que inauguró un nuevo equipamiento dedicado, en exclusiva, a la investigación en estas disciplinas. El nuevo parque de investigación, que ha supuesto una inversión de 15 millones de euros, es el único de sus características en Catalunya y uno de los pocos que existen en España.

El edificio en el que trabajarán una docena de equipos investigadores, punteros en áreas como la economía, las ciencias políticas, la inmigración, las desigualdades en la salud, las metodologías y encuestas y las ciencias del comportamiento, tiene 9.000 metros cuadrados de superficie y pone a disposición de los investigadores servicios comunes y espacios de intercambio y de trabajo en solitario.

«Hay también laboratorios, por supuesto, pero en este caso se trata de una gran sala en la que los experimentos son encuestas o sesiones sobre mercados, por ejemplo», indicó el vicerrector Bosch. «Una de las virtudes de estas instalaciones es que permite que los equipos de investigación no se encapsulen en sus áreas de estudio y hagan de ellas una cosa cerrada», apostilló el rector de la universidad, Jaume Casals.

POTENCIA EUROPEA / «Estas instalaciones no surgen de la casualidad: Catalunya es la segunda región europea con mayor producción investigadora en ciencias sociales, solo precedida por los Países Bajos», afirmó el conseller de Economia i Coneixement, Andreu Mas-Colell, que, tras la visita inaugural, elogió el diseño del inmueble que el arquitecto Juan Navarro Baldeweg ha erigido en el campus que la UPF tiene junto al parque de la Ciutadella, en Barcelona. El conseller no disimuló su satisfacción por poder inaugurar «un edificio universitario, algo que no ha sido muy frecuente en los últimos cuatro años y medio», admitió.

«Una de las ventajas de este gran espacio es, desde luego, la posibilidad de intercambio que ofrece a los  investigadores. Es una oportunidad para hacer un trabajo más transversal», explicó Marco Madella, director del grupo Complexity and Socio-Ecological Dynamics (CaSEs). Su equipo estudia, entre otras cuestiones, cómo han evolucionado las sociedades desde el punto de vista de su relación con el medioambiente. El objetivo, señaló, «es llegar a saber qué ha pasado hasta ahora en, por ejemplo, ámbitos como la agricultura, para decidir cómo esta puede ser más sostenible en el futuro».

«Y para ello aplicamos técnicas y metodologías que se usaban más habitualmente en economía, como el modelo de juegos», agregó Carla Lancelotti, colaboradora de Madella. Ambos especialistas, al igual que otros miembros de su grupo, son arqueólogos de formación, lo que les convierte en los investigadores más ligados al ámbito de las humanidades de entre la docena de ocupantes del nuevo equipamiento. «Somos un equipo de investigación de base, que se interrelaciona con otras disciplinas, como la geología, la computación o la etnografía», indicó el director del CaSEs.