Prevención de la gripe con una dieta saludable

En el inicio de la campaña de vacunación de la gripe estacional, las autoridades sanitarias se dirigen especialmente a los colectivos de riesgo de padecer esta enfermedad: adultos mayores de 60 años, niños, mujeres embarazadas, personas con alguna dolencia crónica cuyos síntomas pueda agravar la gripe y profesionales que por su trabajo están en contacto con los colectivos antes mencionados. Yo como profesional con años de experiencia en la medicina geriátrica y presidente de la Sociedad Española de Médicos de Residencias (www.semer.es) quiero llamar la atención sobre el denominado colectivo de la tercera edad.

En España hay más de siete millones y medio de personas mayores de 65 años, lo que supone más del 16% de la población. Gracias a los avances en la ciencia y a las políticas de prevención, la edad media de vida ha aumentado en las últimas décadas y lo que es más importante, también lo ha hecho la calidad de vida, lo que los especialistas consideramos como el bienestar del que una persona goza y que está íntimamente ligado con su salud, tanto física como psicológica.

La prevención es un factor clave a la hora de abordar muchas enfermedades y un claro ejemplo es la gripe estacional, una dolencia que en la mayoría de la población tiene una rápida curación pero que en las personas mayores puede revestir mayor gravedad. Según datos hechos públicos por el Gobierno central, la gripe común provoca 76.000 hospitalizaciones en nuestro país, el 67% en personas mayores de 64 años, y causa directa o indirectamente 8.000 defunciones al año, el 86% de ellas a mayores de 74 años. Ante estas cifras, es importante concienciar al colectivo de la tercera edad de la importancia de prevenir esta dolencia a través de la vacunación, pero también mediante el mantenimiento de unos hábitos saludables que incluyan una buena hidratación, alimentación y una actividad física moderada.

La vacunación es la medida prioritaria para la prevención de la gripe estacional, a pesar de que su efectividad en mayores de 65 años baja hasta el 35%, según datos hechos públicos por el Ministerio de Sanidad. Su menor garantía se debe a que a medida que envejecemos, nuestro sistema inmunitario, lo que se conoce como las defensas naturales de nuestro organismo y que se encarga de actuar frente a los anticuerpos del virus, se debilita y no tiene tanta fuerza para luchar contra las agentes externos como el virus de la gripe. Si disminuye la respuesta inmune, nuestro organismo es más vulnerable a padecer enfermedades infecciosas y las inmunizaciones en forma de vacunas contra ciertas enfermedades como la gripe son menos efectivas.

Por ello, es importante que los hábitos de prevención se centren en reforzar nuestro sistema inmunitario y para ello es clave una buena alimentación que incluya vegetales, frutos secos, legumbres, miel y leches fermentadas con L.casei DN 114 001. Precisamente, según un estudio realizado por el Instituto Pasteur y recientemente publicado en la revista científicaVaccine se pone de manifiesto que el consumo diario de dos unidades (mañana y tarde) de leches fermentadas con L.casei DN 114 001 (que se comercializan bajo la marca Actimel de Danone) cuatro semanas antes y nueve semanas después de la vacunación mejora la respuesta inmune contra el virus de la gripe en las personas mayores de 70 años.

Una dieta saludable que incluya alimentos que refuercen el sistema inmunitario y también la práctica de una actividad física regular moderada ayudarán no sólo a prevenir el virus de la gripe o a reducir su virulencia, sino también a contribuir a aumentar al bienestar y calidad de vida de nuestros mayores.