VELA / MEDALLA DE ORO EN CLASE FIN

El merecido premio a la constancia

El catalán Van der Ploeg exhibió una superioridad estratégica absoluta

MARIO RUIZ / Barcelona

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La suya ha sido la medalla a la constancia, el premio a muchos años de íntegra dedicación mundo de la vela. El oro ha culminado el reto de su vida. Sus lágrimas, en el momento de la llegada como campeón al Puerto Olímpico de Barcelona, así lo delataron. Durante 19 meses trabajó para estar en lo más alto del podio. Después de seis regatas,José María van der Ploeg, logró en, su mar, el Mediterráneo, realizar el sueño de su vida en laclase Finn, el más duro de los barcos olímpicos.

El ha roto el estereotipo del deportista atlético. Así, el día de su victoria, cuando los medios de comunicación -aguardaban su llegada a puerto, una joven periodista se acercó al jefe de la delegación española, Jesús Turró y le preguntó: “Pero, ¿cómo puede haber ganado una medalla de oro si su físico no parece el más idóneo? “El delegado le contestó: “Señorita, el Finn sólo es apto para jóvenes atletas que pesen un mínimo de 80 kilos”.

El oro en Barcelona ha su puesto su reconocimiento tardío cómo estratega de la navegación. Pertenece a un mundo aparte, lucha en solitario, es patrón y tripulante a la vez. Compite en una modalidad en la que la intensidad de la regata no permite ni un momento de relajación física ni mental. Su nombre será desdeBarcelona-92 sinónimo de estrategia.

Dominó con absoluta sobriedad la competición. Desde la primera regata estuvo arriba, marcando a sus más directos rivales. Exhibió una regularidad abrumadora que sólo rompió el sexto día. En alta mar, cuando se vio tan cerca del oro, se gritó: “Venga vas a ganar!”. Y lo consiguió.