Wert se queda solo al citar la violencia escolar

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El ministro de Educación, José Ignacio Wert, propuso este martes a los responsables de Educación de las comunidades autónomas crear «un grupo de trabajo» para unificar protocolos y estrategias para la detección y la prevención de «la violencia en las aulas», situación general a la que vinculó el crimen de este lunes en el Institut Joan Fuster de Barcelona.

Para el ministro, aunque el suceso es «un caso extremo, excepcional» desde el punto de vista social y de convivencia escolar, «no deja de ser de violencia» en un aula y debe tratarse trazando «una estrategia homogénea» para las comunidades autónomas.

A su juicio, «sería temerario» asociar la agresión del alumno que mató a un profesor e hirió a otras tres personas a un determinado tipo de desarreglo psicológico del agresor o a cualquier otra circunstancia personal. «Tardaremos en saber el desencadenante de ese comportamiento», aventuró Wert.

El ministro tampoco quiso «cargar» sobre el sistema educativo «más responsabilidades» de las que ya asume, ya que no se puede atribuir, dijo, a «deficiencias del sistema».

REACCIÓN EN CATALUNYA / La propuesta de Wert de crear la comisión sobre violencia en las aulas para prevenir nuevos casos, sin embargo, se ha quedado sola como interpretación del trágico suceso del Joan Fuster.

Rehuyendo la confrontación política, el secretario de Políticas Educativas de la Generalitat, Joan Mateo, extendió la vigilancia a más estamentos sociales, no solo a los docentes. Mateo propuso consultar a los expertos «para saber de qué manera, en el ámbito familiar, en el de la orientación y en la propia escuela» se pueden detectar y prevenir conductas violentas como la del alumno de Barcelona, pero, acto seguido, añadió que esto «no es fácil» porque un brote psicótico -como el que la Conselleria d'Ensenyament atribuye al menor para explicar el crimen- es «absolutamente imprevisible» y algo que le puede aparecer en un momento dado a «cualquier persona que ha tenido comportamientos perfectamente normales» a lo largo del tiempo. «Hay que trabajar la prevención, aunque en este caso creo que es difícil», admitió.

El secretario de Política Educativa afirmó que la prioridad para Ensenyament ahora es intentar «tranquilizar y crear condiciones de equilibrio emocional» en el instituto y luego ya se planteará abrir un espacio de reflexión sobre posibles medidas de prevención. En Catalunya, en el 2014 todas las agresiones denunciadas ante fiscalía fueron de padres a profesores, ninguna de menores.

También psicólogos, psiquiatras y miembros de sindicatos de docentes han coincidido en que el suceso en el instituto es un caso aislado, pero piden reflexionar sobre los recortes aplicados los últimos años en recursos psicopedagógicos.