TESTIMONIO ESCRITO DE UNA ÉPOCA

La Universidad de Toronto difunde gratis a través de internet una de las guías más antiguas de la capital catalana

Según la obra, la ciudad era una mina inagotable de ingenio industrial

CRISTINA SAVALL / Barcelona

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La biblioteca de laUniversidad de Toronto tiene entre sus documentos digitalizados a libre disposición para cualquier usuario de internet una de las guías más antiguas que se conocen de la capital catalana. Se titula Guía de Barcelona para 1847, la firmaMiguel Dubá Navas y se encuentra en la páginahttp://archive.org/stream/guiadebarcelonap00dub.

En el prólogo, Dubá tacha a los barceloneses de «dóciles y morigerados» (bien criados) con el trabajo y asegura que en Barcelona no se acostumbra a lamentar crímenes horrendos cometidos contra personas y propiedades. "Esto no es decirte que vivas desprevenido, es advertirte que en Barcelona no hay tantos vagos como en Madrid, ni tantas desgracias como en Sevilla y Zaragoza, ni tantos contrabandistas como en Málaga, ni tanta propensión a las armas como en Valencia", puntualiza el también autor del ensayo Instrucciones de Antropología y Pedagogía, del que hay un ejemplar en la biblioteca de laUniversitat Pompeu Fabra en la Ciutadella.

Según la guía, Barcelona es una mina inagotable de ingenio industrial y con justa razón la llamaron Perla de la Corona de España. El alcalde era Tomàs Metzger, un militar nombrado por real decreto el 5 de agosto de 1846. Sustituyó a Erasme de Janer i de Gònima, de quien se decía que era el hombre más rico de Barcelona.

Entre las costumbres, destaca la festividad de Sant Jordi, día en el que se enseñaba el edificio de la Audiencia y en sus inmediaciones se vendían flores y juguetes. Sobre libros no menciona nada. Respecto a la actividad comercial, la guía enumera un listado de monedas y de medidas y explica su equivalencia con Castilla. Por ejemplo,una libra en Catalunya correspondía a 10 reales y 22 maravedises, una unidad de cuenta de Castilla que se utilizó hasta el siglo XIX. Dubá señala que en Barcelona todo el año es feria para el que quiera comprar. En ese momento, los grandes mercados se reducían a tres: Santa Caterina, Born y Boqueria.

El nombre de plazas, fuentes y calles poco tiene que ver con el de hoy. Aun así han sobrevivido vías cercanas a la Rambla, como Hospital, Escudillers, Tallers, Elisabets, Sant Pau o Carme. Y algunas plazas, entre ellas la de las Olles. Los paseos son los que más han mantenido sunomenclatura original. Las parroquias también acaparan páginas. La primera en citar es la de Santa Maria del Mar seguida de la de Santa Ana, la de San Cucufate, la del Pino, la de Miguel del Puerto y la de San Justo Pastor, que hoy se conocen por su nombre catalán.

Productos curativos

De las farmacias no solo escribe sus direcciones, también describe sus productos más solicitados, como el agua cosmética africana, para curar manchas hepáticas; el bálsamo acústico, para casos de sordera; las bolas de Armenia del Doctor Ch. Albert , para la curación radical de las guarreas, y el chocolate purgante, remedio de efectos constantes destinado sobre todo a los niños.

Sobre cementerios aporta información muy precisa. Hasta publica los precios de sepulturas, de nichos sin osario, a 164 reales y de los de preferencia, que costaban entre 50 y 70 duros. Igual de detallados son los capítulos de las tarifas y puertos de los vapores, el de casas de baños, el de abogados y notarios, el de escuelas de niños y de niñas y el de universidades, donde hasta enumera el listado de materias y sus respectivos profesores.